jueves, 29 de diciembre de 2011

Al finalizar el año...

Como si se tratase de una tradición, en estos últimos días del año se acostumbra a echar la vista atrás y recordar los momentos más importantes, o más impactantes para los noticieros, de lo que ha sido el año. Esta mañana escuchaba en la radio que el año 2011 se va a recordar por dos movimientos multitudinarios de protesta en la calle: la llamada “primavera árabe” y el “15-M”. Ambos movimientos surgen fruto del descontento de la gente de la calle, del ‘pueblo llano’ que ve como “los que mandan”, o los ricos, se enriquecen todavía más por medios abusivos, corruptos, avariciosos y a todas luces, injustos, sin importarles que en ese pueblo que los vota, o se somete, o acepta resignadamente (como suele pasar en los Países donde no se elige a sus representantes democráticamente), haya cada vez más personas necesitadas, en la pobreza o al borde de la misma, sin trabajo y afrontando, en muchos casos ya, situaciones límite.
Pero ¿cómo se puede llegar a controlar el mundo para llegar a un día en que no hagan falta las manifestaciones de protesta en la calle?
Hay personas que creen en el hombre y que piensan que por medio del conocimiento, la ciencia, los avances tecnológicos, la educación, se puede llegar a construir un mundo perfecto, justo, mejor… A mí la Biblia, la Palabra de Dios me ha enseñado a no creer en el hombre simplemente mostrándome el problema del hombre: “Jehová vio que la maldad del hombre era mucha en la tierra, y que toda tendencia de los pensamientos de su corazón era de continuo sólo al mal.” (Génesis 6:5). Entonces – dirá alguien – la culpa es de Dios  ya que si los que creéis en la Biblia decís que Él  ha hecho al hombre, se ve que lo ha hecho mal. Es verdad que según nos revela la Biblia, Dios hizo al hombre, pero también nos dice que cuando hubo terminado de crearlo “Dios vio todo lo que había hecho, y he aquí que era muy bueno” (Génesis 1:31). Otros escritores inspirados lo explicaron así: “¡Cuán numerosas son tus obras, oh Jehová! A todas las hiciste con sabiduría; la tierra está llena de tus criaturas.” (Salmo 104:24) “Todo lo que Dios ha creado es bueno…” (1 Timoteo 4:4).

sábado, 24 de diciembre de 2011

Comienzo con el 2012

Es un número bastante bonito... 2012, pero, a muchos, les produce un pequeño malestar porque sin querer, inconscientemente, les viene a la mente la idea anunciada por todos los medios de que el famoso "Calendario Maya" pronostica el fin del mundo.
Lo que para algunos es el fin, para mi es el principio ya que hoy, precisamente, 24 de Diciembre del 2011, Nochebuena, nace este blog. ¿Con qué propósito? Simplemente compartir. ¿Compartir qué? Mis pensamientos, mis emociones, mis dudas, algún acierto?, mi esperanza... en definitiva, desgranar mi corazón con palabras buscando hacerlo de la mejor manera, con sinceridad, con amistad, deseando que cuando alguien lea esto sienta el calor con el que lo he escrito.
Y lo que más deseo compartir es la esperanza que Cristo pone en mi vida, una esperanza que viene acompañada de paz, de seguridad, de gozo. ¿Suena a cascabeles de Navidad? Un poco si, pero es algo real y como tal tengo que decirlo aunque suene a "postizo".
Jesús dijo que volvería una 2ª vez, no ya como un siervo sino como el Rey. Pero según sus palabras (Mateo 24:36-44), nadie sabe, ni siquiera los ángeles, sino sólo Dios el Padre cuando va a ser esto y cuando será, por tanto, el final del mundo. Solo aseguró que será repentinamente y cuando menos lo esperemos.
Sí podemos asegurar que ese fin no vendrá por una nueva inundación, porque Dios así lo prometió (Génesis 9:11) y la firma de su promesa es Su "arco en las nubes".
Como el fin será repentino lo que tenemos que hacer es estar preparados. En Mateo 24:42 hay una clara advertencia: "Velad, pues, porque no sabéis en que día viene nuestro Señor".
Si creemos que Jesús es el Hijo de Dios y que entregó su vida por nosotros, si le pedimos perdón por nuestros pecados y le aceptamos como nuestro Señor y Salvador, podemos estar seguros de que cuando Él venga de nuevo, cuando llegue ese día del fin, Cristo mismo será nuestro Abogado y nos defenderá en el Día del Juicio porque Él ya ha pagado el castigo que a nosotros nos correspondía.
Seguiremos hablando.
¡Feliz Año 2012!