viernes, 15 de marzo de 2024

Las Siete Palabras

Estamos a poco más de dos semanas para que empiece la llamada “Semana Santa”, un tiempo de vacaciones, viajes, desplazamientos a las ciudades de origen y, sobre todo, para recordar la pasión de Jesucristo que en el ambiente católico se hace por medio de procesiones con imágenes y que en muchos púlpitos se aprovecha para predicar sobre la pasión y muerte del Señor Jesús.
Hay una predicación clásica de estas fechas que es la titulada “Las siete palabras” en referencia a las siete frases que Jesús pronuncia desde la cruz y que hoy voy a recordar siguiendo el relato de los Evangelistas:
“Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34)
Esta frase la conocen incluso los que nunca han leído la Biblia; se ha convertido en una frase popular aplicada a alguien que por inocencia o por ignorancia, hace algo que está o acaba mal. Se dice con una sonrisa sin darnos cuenta que esta frase la dice Jesús, ya clavado en la cruz y posiblemente refiriéndose a aquellos soldados que lo habían clavado en el madero y que, acostumbrados a aquellas ejecuciones, se tomaban todo casi como una rutina, posiblemente muy desagradable por todo lo que la rodeaba, pero era algo a lo que estaban acostumbrados por las muchas crucifixiones que se hacían en aquella época, de manera que, como para sacar provecho algún de aquella triste escena, acaban repartiéndose la túnica que había llevado Jesús.
Según el texto profético de Isaías 53:12 esta oración de Jesús fue “por los transgresores” lo que nos habla de la actitud de Jesús que hasta el último minuto de su muerte estuvo más preocupado por los que tenía a su alrededor que por él mismo.
Jesús estaba siendo ofrecido en sacrificio para pagar el pecado de aquellos que lo maltrataban tan ferozmente, pero también estaba pagando el precio de todos nosotros porque nadie se puede excluir de ser transgresor de la ley y nosotros lo somos, yo lo soy, hemos pecado, he pecado y la paga del pecado es la muerte, como ya se anuncia desde el principio de la Biblia (Génesis 2:17). No podemos de ninguna manera acceder ante la Santidad de Dios por causa de nuestro pecado y la única forma de poder hacerlo es limpiando nuestro pecado con la sangre preciosa de Jesucristo derramada en aquella cruz; y en aquella situación, el Justo que nunca había cometido pecado, estaba orando por nosotros por los transgresores, en una demostración flagrante del profundo amor con el que nos amó y nos sigue amando.

sábado, 17 de febrero de 2024

La vejez

Mis padres ya pasan de los 90 años. Viendo su dependencia y degeneración me preguntaba por qué Dios
los deja vivir tantos años. Pero al momento recuerdo que ante Dios Nuestro Señor no debo de preguntar "¿por qué?" sino "¿para qué?" porque no conozco Sus propósitos; cuando normalmente permite algo es con un objetivo y a lo mejor es fortalecer mi fe, o mi confianza en Él, o mi paciencia o mi generosidad con mis padres, no lo sé pero me da tranquilidad saber que Él si sabe y que debemos de confiar en Él.

Me llama la atención la cantidad de versículos que hablan sobre la vejez: algunos son educativos fomentando el respeto de los más jóvenes ante la imponente imagen de las personas mayores: "Ponte de pie en la presencia de los ancianos y muestra respeto por las personas de edad. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor." (Levítico 19:32). En la época en la que se escribió este libro, los mayores eran los líderes, los sabios, los que tenían el conocimiento sobre las cosas, las experiencias, las plantas que servían para curar o para hacer remedios; ellos eran los jueces, eran el clan de los ancianos respetados y reverenciados y no levantarse o mostrar respeto ante ellos era un desafío a la autoridad que representaban: "La sabiduría pertenece a los ancianos, y el entendimiento a los mayores." (Job 12:12). 

No debemos olvidar que el respeto a los mayores y especialmente a nuestros padres forma parte de los Diez Mandamientos y es un mandamiento con bendición: "Honra a tu padre y a tu madre tal como el Señor tu Dios te lo ordenó. Entonces tendrás una vida larga y plena en la tierra que el Señor tu Dios te da." (Deuteronomio 5:16). Sobre este mandamiento habla Pablo después en su carta a los Efesios recordándonos que es un mandamiento con promesa ("tendrás una vida larga y plena en la tierra") aunque se entiende que aquí a Pablo no le interesa recalcar esa promesa para motivar, parece que su intención es recalcar que por medio de esa promesa Dios mismo le ha dado a ese mandamiento un vigor singular.

Es emocionante ver como Dios se preocupa muy especialmente de los mayores y de su cuidado, algo a tener en cuenta especialmente cuando, como yo, vemos a nuestros mayores muy mermados físicamente y, en algunos casos, entrando en la llamada "demencia senil", un concepto que según los entendidos no corresponde a ningún diagnóstico aceptado, ni por la comunidad médica ni por la científica, ya que ese nombre se suele emplear haciendo referencia a un deterioro cognitivo progresivo normal por la edad muy avanzada, aunque, el hecho del envejecimiento conlleva pérdidas, nunca, por sí mismo, es causa de demencia. La demencia no es una consecuencia inevitable del hecho de envejecer. 

Pero volviendo a lo que nos ocupa, voy a hacer referencia a esos textos que hablan del amor y de la preocupación de Dios por Sus mayores: "Yo seré su Dios durante toda su vida; hasta que tengan canas por la edad. Yo los hice y cuidaré de ustedes; yo los sostendré y los salvaré." (Isaías 46:4). Es conveniente aclarar que en el contexto Dios está hablando del cuidado especial de Su pueblo ("Yo los hice y cuidaré de ustedes; yo los sostendré y los salvaré"). Dios cuida de su pueblo desde la cuna hasta la tumba. Y a nosotros nos aplica al entender que los cuidados divinos nunca terminarán y que siempre estarán disponibles y muy especialmente en los años de nuestra vejez. Algo que me anima porque viendo cómo nuestros mayores se van haciendo tan mayores con los problemas físicos y de dependencia que ésto supone, podría pecar pensando que Dios no los está cuidando, cuando que, como he dicho al principio, Dios se ha comprometido a cuidarlos y si permite este tipo de cosas es algo que Él sabe para qué lo permite, siempre hay un propósito divino y soberano. El mismo David oraba sobre ésto: "Y ahora en mi vejez, no me hagas a un lado; no me abandones cuando me faltan las fuerzas." (Salmo 71:9). John Wesley, el gran predicador y teólogo anglicano británico, escribió en su vejez: "Hoy cumplo ochenta y seis años. Veo que soy un viejo: 1) Mi vista ha decaído y apenas puedo leer letra impresa y esto con mucha luz. 2) Mi fuerza ha decaído de modo que ando mucho más lento que hace algunos años. 3) Mi memoria para nombres, personas o lugares ha decaído, y tengo que esforzarme para recordarlos. Lo que tendría que temer, si pienso en el día de mañana, es que mi cuerpo se negara a servir a la mente y me hiciera obstinado, por mengua de mi comprensión, o difícil, por aumento de mis debilidades corporales; pero Tú respondes por mí, Señor mío y Dios mío." ¡Que confianza, que descanso en el Señor, que ánimo para los que vamos detrás y muy pronto llegaremos, si Dios no nos lleva antes, a esos temidos momentos! El gran predicador Charles Spurgeon escribía a raíz de este salmo: "La vejez nos quita la hermosura personal y nos deja sin fuerzas para el servicio activo, pero esto no disminuye nuestro amor y el favor de Dios."

Moisés, en el Salmo 90, hace esta reflexión sobre la vejez: "¡Setenta son los años que se nos conceden! Algunos incluso llegan a ochenta. Pero hasta los mejores años se llenan de dolor y de problemas; pronto desaparecen y volamos." (Salmo 90:10). Como decía alguien, la expresión "volamos" sugiere más una liberación que una derrota. Esto es lo que veo en mis mayores: molestia, trabajos... se llega a una edad en la que la vida es cansancio y molestia. Como dice el escritor de Eclesiastés: "Han llegado los días malos, no tengo placer en ellos." Un día el anciano cae dormido para despertar en la región de la perenne juventud. Aunque Moisés tenía ciento veinte años cuando murió, no se habían apagado sus ojos, ni había perdido su vigor.

La Biblia nos recuerda constantemente que la vida es breve. Hace unos días he visto a una anciana que tiene 100 años y me quedé impresionado de su vitalidad pero ella no podría resistir fácilmente si no tuviese el cuidado de las personas que tiene a su alrededor. Pero aún cien años, que a nosotros nos parecen una barbaridad, son pocos a la velocidad que pasa la vida: "Señor, recuérdame lo breve que será mi tiempo sobre la tierra. Recuérdame que mis días están contados, ¡y cuan fugaz es mi vida! La vida que me has dado no es más larga que el ancho de mi mano. Toda mi vida es apenas un instante para ti; cuando mucho, cada uno de nosotros es apenas un suspiro." (Salmo 39:4-5). Termino con las palabras de Charles Spurgeon sobre estos versos: "El Salmista quiere saber más de la brevedad de su vida... Dios es el mejor maestro de la filosofía divina que mira hacia un fin esperado. Los que ven la muerte a través del cristal del Señor ven una vista hermosa, que les hace olvidar el mal de la vida al prever el fin de su vida."

lunes, 8 de enero de 2024

El día de la no Navidad

Toda la parafernalia comercial que se monta durante las llamadas "Fiestas navideñas" termina, como sabemos, el día de Reyes. Ahora comienza otra red comercial clásica: Las rebajas de enero y febrero. Todo es un entramado de redes buscando tentar al consumidor para que se compre aquello que vio en diciembre pero que estaba a un precio que, seguramente (nos decimos), bajará en estas rebajas.

Pero el título de este comentario apela al domingo día 7, el llamado "día de la no Navidad", como resistiéndose a que todo se acabe pero deseando, en el fondo, de que sí se acabe la "Navidad" que definen como el tramo que va desde el 22 de diciembre, día de la lotería, hasta el 6 de enero, "Reyes". Este es el concepto de la Navidad que campa a sus anchas como si la Navidad fuese un 'black-friday' más. 

Ya he hablado en otras ocasiones sobre en lo que ha degenerado la Navidad, la "Natividad" (el nacimiento de la Divinidad), por eso hoy quiero hablar sobre "la post Navidad", porque he vivido como un objetivo el insistir desde el púlpito cristiano sobre el verdadero significado de la Navidad para que, al menos en las iglesias cristianas, se persevere en celebrar la verdadera celebración: "No tengan miedo—dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. ¡El Salvador—sí, el Mesías, el Señor—ha nacido hoy en Belén, la ciudad de David!" Ésta era la noticia que según el relato de Lucas 2, traían los ángeles a personas humildes y despreciadas como eran los pastores del siglo I, noticias que producirían una gran alegría, especialmente entre las personas que estaban esperando la llegada del Mesías, anunciado en los libros antiguos recogidos en el Antiguo Testamento que profetizaban la llegada de un Libertador, un Enviado de Dios a la Tierra, que resultó ser Dios mismo en la persona de Su Hijo Jesús.

El tiempo, la tradición, el ansia de vender y todo lo demás fue lo que trató de ocultar el verdadero motivo de la Celebración, por eso desde las Iglesias cristianas, esto es, las seguidoras de Cristo, se esfuerzan cada diciembre por recordar este anuncio celestial para que los seguidores del dios dinero no logren ocultar del todo el verdadero significado de la Navidad. Entiendo muy bien el ansia de los vendedores, es su objetivo, es su cometido, vender y cuanto más mejor, es lógico; si os fijáis, el año se ha dividido comercialmente, en ciclos de tiempo determinados que mueven a la gente a acercarse a los templos comerciales a cumplir con su tributo y satisfacer así una necesidad impuesta a la que actualmente muchas personas no pueden llegar, básicamente por el elevado coste de la vida, pero sí hay otras muchas que tienen el calendario muy bien acomodado en su cerebro de manera que "no se pierden" las rebajas de enero (y febrero), la campaña pre-vacaciones de verano, las rebajas de verano, el black-friday que abre la pre-campaña navideña, la navidad propiamente dicha y así volver a empezar cada año como un reclamo que cubre todas las expectativas pero que finalmente lo único que hace es dar un ligero barniz que resulta claramente insuficiente a la vista de la insistencia en cumplir puntualmente con cada una de las romerías a las que asisten fielmente aquellos que se pueden dar el lujo de hacerlo.

Por todo lo dicho, el Día de la no Navidad, es en sí un paréntesis, un tomar impulso de nuevo para volver a empezar, descansando, eso sí, de reuniones familiares, comidas de empresa, fiestas y demás que han dejado las mentes y los cuerpos saturados, perfectamente preparados para apuntarse dos meses a los gimnasios; pocas son las personas con tesón que logran seguir después de los dos primeros meses, sobre todo, teniendo en cuenta que están a la vuelta de la esquina los carnavales y las vacaciones de Semana Santa.

Quiera Dios que muchas personas se hayan visto tocadas al recordar nombres como Jesús, Salvador, Dios con nosotros y que, de alguna manera, estas fechas hayan servido para que algunos sean llamados a formar parte del Pueblo de Dios, personas que están siendo preparadas para seguir "defendiendo la fe que Dios ha confiado una vez y para siempre a su pueblo santo." (Judas 1:3).

viernes, 8 de diciembre de 2023

Los extraterrestres

En el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española dice que 'extraterrestres' es "una cosa que
pertenece al espacio exterior de la Tierra o procede de él."

Todos hemos oído hablar de los ángeles, en la Biblia nos dice que "solo son sirvientes, espíritus enviados para cuidar a quienes heredarán la salvación" (Hebreos 1:14), o sea, cuidan a los creyentes conforme a su necesidad: protegerlos, instruirlos, consolarlos, animarlos. En algunas ocasiones hemos oído historias de creyentes que han sido salvados milagrosamente de peligros de los que solo milagrosamente se podrían haber salvado; la gente dirá que ha sido una casualidad o mucha suerte pero sabemos que para el creyente no existen las casualidades y la suerte la reparte Dios conforme a Su Voluntad y Propósito. En la Biblia aparecen muchos relatos de ángeles enviados por Dios para ayudar incluso a Jesús, por ejemplo cuando estuvo en sus 40 días de ayuno y, de que yo sepa, en ningún sitio de la Biblia dice que en algún momento van a dejar de ministrar a los creyentes, de manera que están ahí, visibles o invisibles, seres de fuera de este planeta: extraterrestres.

Como en todo, la gente llega muchas veces a los extremos, quiero decir, hay gente que directamente los adora y hay gente que no cree que existan achacándolo a invenciones humanas. Adorar a los ángeles es idolatría porque la Biblia dice que solo a Dios hay que adorar y loa ángeles son seres creador por Dios, no como el hombre porque al menos en la Biblia no se nos dice que hayan sido creados a su imagen y semejanza como el hombre. Voy a escribir algunos de los textos que revelan que los ángeles fueron creados por Dios: "Porque, por medio de él, Dios creó todo lo que existe en los lugares celestiales y en la tierra. Hizo las cosas que podemos ver y las que no podemos ver, tales como trono,s reinos, gobernantes y autoridades del mundo invisible, todo fue creado por medio de él y para él." (Colosenses 1:16-17). "Solo tú eres el Señor. Tu hiciste el firmamento, los cielos y todas las estrellas; hiciste la tierra, los mares y todo lo que hay en ellos. Tú los preservas a todos, y los ángeles del cielo te adoran." (Nehemías 9:6). "¡Alábenlo todos sus ángeles! ¡Alábenlo, todos los ejércitos celestiales!" "Porque él mandó y fueron creados" (Salmos 148:2, 5). Lo que no sabemos es cuándo los creo, puede que fuera al crear los cielos como dice Génesis 1:1, tal vez antes de crear la tierra, no se dice. En el mismo Salmo nos da la pista de que los ángeles por el hecho de haber sido creados en algún momento, no son eternos: "Les hizo ser eternamente y para siempre; les puso ley que no será quebrantada." (Salmo 148:6). 

Respecto a los que no creen en ellos, es curioso que los saduceos, una especie de partido político del siglo II a. C., gente rica, "miembros de la alta sociedad judía de esa época" (nos cuenta Wikipedia), aparecen como gente que no creía en los ángeles ni en otras cosas: "porque los saduceos dicen que no hay resurrección, ni ángeles ni espíritus..." (Hechos 23:8). Estas ideas, como he dicho, siguen entre los que se van al extremo de no creer en cosas de las que la Biblia habla y que consideran fábulas, cuentos y demasiado antiguas como para creer ahora en ellas. Pero igual pasa con cosas de las que habla la Biblia en las que Jesús es protagonista; el mismo Jesús menciona a los ángeles como a seres a los que está habituado: "No te das cuenta de que yo podría pedirle a mi Padre que enviara miles de ángeles para que nos protejan, y él los enviaría de inmediato? Pero si lo hiciera ¿cómo se cumplirían las Escrituras, que describen lo que tiene que suceder ahora?" (Mateo 26:53-54).

¿Qué más nos dice la Biblia sobre los ángeles? Nos dice que son seres espirituales que cuando han tenido que venir a la Tierra con alguna misión adoptan la forma humana, como se ve en el caso de la visita que le hacen a Abraham: "Un día, Abraham estaba sentado a la entrada de su tienda a la hora más calurosa del día. Entonces levantó la vista y vio a tres hombres de pie cerca de allí. Cuando los vio, corrió a recibirlos, y se inclinó hasta el suelo en señal de bienvenida... uno de ellos dijo: "Yo volveré a verte dentro de un año, ¡y tu esposa Sara tendrá un hijo!... Abraham y Sara eran muy ancianos en ese tiempo, y hacía mucho que Sara había pasado la edad de tener hijos... al anochecer, los dos ángeles llegaron a la entrada de la ciudad de Sodoma." (Génesis 18:10-11; 19:1). 

En la Biblia se distinguen dos clases de ángeles: los buenos y los que se rebelaron junto con Lucifer. Por algunos relatos bíblicos en los que aparecen como protagonistas ambos tipos de ángeles, se sabe que los ángeles son seres inteligentes (Mateo 8:29; 2 Corintios 11:3; 1 Pedro 1:12), tienen emociones (Santiago 2:19; Lucas 2:13) y muestran que tienen voluntad (Lucas 8:28-31; 2 Timoteo 2:26; Judas 6). En el relato bíblico se distinguen claramente diferentes categorías: Arcángeles, serafines y querubines. También se conoce el nombre de dos de ellos: Miguel, arcángel, categoría de un ángel principal y Gabriel que fue el encargado de anunciar a María el nacimiento de Jesús. Por cierto que en los acontecimientos que relata Lucas sobre este nacimiento, hay una actividad muy interesante de ángeles visitando la tierra para hablar con unos pastores quienes, si fuera en estos tiempos, podrían salir en los periódicos que los habían visitado extraterrestres que además habían hablado con ellos y luego formado un gran coro, lo que nos enseña que también tienen sentimientos: "De repente, apareció entre ellos un ángel del Señor, y el resplandor de la gloria del Señor los rodeó. Los pastores estaban aterrados, pero el ángel los tranquilizó. «No tengan miedo—dijo—. Les traigo buenas noticias que darán gran alegría a toda la gente. ¡El Salvador—sí, el Mesías, el Señor—ha nacido hoy en Belén, la ciudad de David! Y lo reconocerán por la siguiente señal: encontrarán a un niño envuelto en tiras de tela, acostado en un pesebre». De pronto, se unió a ese ángel una inmensa multitud—los ejércitos celestiales—que alababan a Dios y decían:  «Gloria a Dios en el cielo más alto y paz en la tierra para aquellos en quienes Dios se complace». (Lucas 2:9-14).

Podríamos hablar más sobre este interesante tema, pero con lo que hemos dicho creo que podemos afirmar que la Tierra es visitada por extraterrestres, seres enviados por Dios desde el Cielo para ministrar a los que creen en Él y con misiones específicas que nos afectan e incluso pueden afectar a la historia como se ve en la historia de Abraham, pero no debemos obsesionarnos con ésto porque todo está dentro de los planes y propósitos de Dios el cual permite, mientras no llegue su tiempo, que otro ángel y sus huestes pululen también en el mundo pero con intenciones malas, hasta el punto de que Jesús tuvo que venir también a la Tierra para torcer los planes de Satanás, vencer a la muerte en la cruz y en su resurrección y abrir la puerta a la esperanza por medio de la salvación que nos ofrece.


sábado, 2 de diciembre de 2023

Diciembre

Noviembre no me ha dado un respiro, ha sido un mes difícil  con muchas situaciones de las que pasan en la vida que te dejan un regusto a humedad de casa antigua a la que tienes que entrar porque no te queda otra pero de la que estás deseando salir para buscar el "calor del hogar" cuanto antes.

Y ya estamos en diciembre, con su hipocresía de luces de colores, preparativos, compras, cenas de empresa y demás cosas típicas de este mes que por ser tan "activo" nos dejas casi desbocados a la puerta de un nuevo año.

No he querido que se terminara el año sin escribir algo aquí y me he aplicado en buscar algunos textos bíblicos para compartir que tengan alguna relación con el mes de diciembre y con su ambiente. Y el primero que me ha surgido dice así: "Más vale tener poco, con el temor del Señor, que tener grandes tesoros y vivir llenos de angustia." (Proverbios 15:16). La carrera contra reloj de diciembre comienza el último viernes de noviembre con el pistoletazo de salida para el llamado black friday: los comercios parece que enloquecen con un afán por vender desmesurado con los ojos puestos en el final del año donde la espiral de gasto se dispara, especialmente "si tienes plata". La Biblia va siempre "contra corriente" especialmente en lo que concierne a la "corriente de este mundo" porque el cristiano sabe que lo que tengamos y amontonemos en este mundo, aquí se va a quedar y por eso nos aconseja que "hagamos tesoro en el cielo" en el sentido de que todas nuestras obras deben de buscar sumar aprobaciones de nuestro Señor con el que pasaremos una eternidad y no ojos de envidia con los de nuestro alrededor que lo único que generan es codicia que no conduce más que a la amargura. Aunque nadie se lo crea, solo los cristianos que lo experimentan, la santidad y el amor son suficientes aunque tengamos pocas cosas del mundo, porque, aunque nadie se lo crea, los que tienen mucho dinero tienen miedo a que se lo roben a a tener menos y, a causa de eso, corren grandes peligros especialmente cuando no quieren saber nada de Dios y menos de ayudar a los más necesitados. La vida agradable y fácil es consecuencia del gozo cristianos que solo te lo da el saber que Jesucristo te ha dado la paz con Dios y que te espera una vida eterna en el Paraíso perdido por causa de darle la espalda al Creador.  Es muy interesante como sigue el texto: "Un plato de verduras con alguien que amas es mejor que carne asada con alguien que odias." Cuando compartes una comida sencilla con alguien a quien amas, sea en la tranquilidad de tu casa, sea en la armonía de la convivencia con los hermanos en la fe, sabes que te va a saber mucho mejor y te va a sentar bien que si compartes una comida opípara en la compañía de gente que te muestra desconfianza, incluso que te puede odiar en su interior aunque no te lo diga pero que sientes en la frialdad de la relación y la hipocresía de personas que tienen mucho materialmente pero muy poco o nada espiritualmente.

"Podemos hacer nuestros propios planes, pero la respuesta correcta viene del Señor." (Proverbios 16:1). Yo los he llamado 'preparativos', preparativos de comidas y cenas, preparativos de entregas de regalos en Nochebuena y Reyes, preparativos de viajes con la idea de estar en otro sitio al inicio del nuevo año, etc., etc. Este proverbio nos recuerda el refrán que dice: "el hombre propone y Dios dispone"; no tenemos la capacidad de prever lo que nos va a suceder en el próximo minuto; como he comentado al principio, si previese todo lo malo que me iba a suceder en el mes de noviembre, me lo habría saltado, si pudiera; está muy claro que no somos dueños de nuestro destino, ni lo podemos prever, ni lo podemos manejar y menos si somos hijos de Dios que conocemos que nuestra vida y nuestro destino está en Sus manos. Siempre pueden aparecer "golpes de realidad" que se impongan ante nuestro planes y deseos. Por eso el Señor nos aconseja a través del apóstol Santiago: "¿Cómo saben qué será de su vida el día de mañana? La vida de ustedes es como la neblina del amanecer: aparece un rato y luego se esfuma. Lo que deberían decir es: "Si el Señor quiere, viviremos y haremos esto y aquello." (Santiago 4:14-15). Siempre se cumplirá lo que Dios decida no lo que el hombre planee. Hay más proverbios en esta línea, veamos otro: "Puedes hacer todos los planes que quieras, pero el propósito del Señor prevalecerá." (Proverbios 19:21). 

No quiero dejar en el aire la idea de inseguridad, vulnerabilidad y miedo que circula mucho por las redes en estos tiempos. Es verdad que la mayoría de los proverbios nos amonestan o nos ponen en alerta ante la cruda realidad que nos rodea, pero hay muchos otros que nos recuerdan dónde está la seguridad, la estabilidad, el equilibrio, por ejemplo: "Oh, hijo mio, dame tu corazón; que tus ojos se deleiten en seguir Mis caminos." (Proverbios 23:26). Como escribió alguien: "El único lugar donde tu corazón está seguro es en las manos de Dios. Ríndelo completamente al Señor." Hermoso ¿verdad? Yo al menos así lo siento en mi interior. En medio de la vorágine de la vida, Dios nos pide un poco de atención: "Dame tu corazón, hijo mío." Dios nos ama y no quiere nuestra perdición, por eso insiste en buscarnos, en pedirnos que le oigamos, porque sabe que por el único lugar que vamos a andar seguros, es en Sus caminos, donde está Él, el Dios Todopoderoso, Sabio, Justo, Bueno. "¡Préstame atención!" nos recuerda el buen Dios a lo largo de toda Su Palabra, nos anima a contemplar Sus caminos, Su enseñanza, su buena noticia que nos lleva a levantar la mirada a nuestro Señor Jesucristo para aceptarlo como nuestro Salvador hasta el punto de que esa aceptación nos transforma en hombres y mujeres nuevos, con un propósito y un futuro de esperanza lograda por los méritos de nuestro bendito Salvador.