Enero ha sido entretenido, sabía que tenía que atender el Blog pero no encontraba el momento. Hoy me he pasado por aquí y me he quedado sorprendido porque estaba convencido que ya había estrenado el año. Pues evidentemente, no.
Este trimestre estoy estudiando apologética. Me resulta sumamente interesante y actual. Fíjate en los títulos de algunos de los enunciados: "No puede haber una sola religión verdadera", "¿Cómo puede un Dios bueno permitir el sufrimiento?", "La iglesia es la responsable de tanta injusticia", "¿Cómo puede un Dios bueno condenar a las personas al infierno?", "La ciencia ha demostrado que el cristianismo está en un error", "La Biblia no puede tomarse al pie de la letra". Estos son algunos de los títulos de los capítulos del libro de Timothy Keller "La razón de Dios". Sugerentes ¿verdad? Y actuales.
Pues sobre estas cosas estamos disertando. El subtitulo del libro dice: "Creer en una época de escepticismo". Según el diccionario de la RAE apologética es el "Conjunto de los argumentos que se exponen en apoyo de la verdad de una religión." Por lo que he visto hasta ahora, más que el conjunto de los argumentos lo que estamos estudiando es cómo hablar (y escuchar) a las personas, al mismo tiempo que nos empapamos de las preguntas que se suele hacer la gente hoy para así llegar a buscar y conocer la apologética bíblica. ¿Y esto que es? Bueno, básicamente se trata de aplicar las instrucciones que encontramos en la primera carta de Pedro: "Santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros;" (1 Pedro 3:15). Esta "defensa" es la traducción de la palabra griega "apología", palabra que otros también traducen como "razón" o "respuesta".
Además de a Keller, estoy conociendo a otros escritores muy interesantes para enriquecer el estudio: Francis A. Schaeffer, Michael Green, Gregory P. Koukl, y, como representante español tenemos a José de Segovia; a José ya lo conocía, he oído algunas de sus conferencias y ahora le estoy dando más valor y reconocimiento viendo lo bien que se mueve en estos entornos.
De entrada, lo que me ha sorprendido ha sido indagar en la historia sobre los primeros apologetas. No me imaginaba que se remontaran a los primeros siglos después de Cristo, de hecho el primero que me han presentado ha sido Justino Mártir (110-165 d.C.), por lo visto el primer gran apologeta después de la generación de los apóstoles. Después he visto algo de Agustino Aurelio del siglo 4 y otros más y ya dentro de la apologética moderna, se me presentó a Abraham Kuper (1837-1920), Herman Dooyeweerd (189-4-1977), Cornelius Van Til (1895-1987) y ya en la historia reciente a los mencionados Schaeffer y Keller.
En fin, perdonar el rollazo pero quería mostraros lo documentados que están estos estudios que te sirven para introducirte en investigaciones y lecturas que me resultan apasionantes.
¿Que por qué apasionantes? Porque me introducen en el pensamiento actual, en nuestra cultura postmoderna, en las inquietudes de la gente que, básicamente, pueden ser mis inquietudes y, además, me enseña a enfocarlas desde el punto de vista de la advertencia de "estar siempre preparados para... contestar" y, por supuesto, preguntar sin ser un bombardero enemigo, que es como muchas personas ven a los cristianos evangélicos. La apologética es tarea de todos los creyentes, no solo de sus pastores o de los teólogos.
Y más viendo la atmósfera que se respira a nuestro alrededor, y no me estoy refiriendo a la contaminación solamente, sino a la atmósfera completamente laica que ya se impone en prácticamente toda la Europa occidental. Michael Green, en su libro "¿Cómo llegar a ellos? Defendamos y comuniquemos la fe cristiana a los no creyentes", en su segundo capítulo, nos da cuatro "razones" de porqué las sociedades occidentales tienen una cosmovisión cada vez más laica o secularizada: Razones ideológicas, Razones del pasado, Razones intelectuales y por último Razones del corazón. Como veis, puedo argumentar un montón de cuestiones de peso para sumergirme en esta interesante e inquietante materia, especialmente por mi natural atracción por el comportamiento humano, sus razonamientos y teorías, y por la posibilidad de poder inmiscuirme para ayudar, sugerir, o proponer un equilibrio cristiano ante lo que tenemos delante.
Seguiremos hablando.