lunes, 20 de enero de 2014

CALEB

Un año más hemos vivido la Semana Unida de Oración y nos ha sorprendido el protagonista:
Caleb, un ejemplo de confianza y fe en Dios
Caleb. Los pensamientos de cada día han estado centrados en la figura de Caleb y, una vez finalizada la semana, llego a la conclusión de que ha sido una bendición y una sorpresa porque no nos parecía que se pudiesen sacar tantos pensamientos de un personaje aparentemente con poco protagonismo en la Biblia. Los estudios nos han demostrado que cuando alguien aparece en la Sagrada Escritura es por algo.
El programa de la Semana Unida de Oración elaborado esta vez por la Alianza Evangélica Checa tuvo por lema: “Tener un espíritu diferente” basado en el texto de Números 14:24.- “Pero a mi siervo Caleb, por cuanto hubo en él otro espíritu, y decidió ir en pos de mí, yo le meteré en la tierra donde entró, y su descendencia la tendrá en posesión.”
El momento más conocido de la vida de Caleb es cuando regresa junto con los demás espías de reconocer la tierra de Canaán y hace frente a un pueblo atemorizado y por ello enfurecido que, basándose en la información de diez de sus compañeros, está por la labor de no entrar en Canaán la tierra que Dios mismo les había prometido: “…la tierra de Canaán, la cual yo doy a los hijos de Israel.”
Caleb, apoyándose en su fe y confianza en el Eterno exclama: “Entonces Caleb hizo callar al pueblo delante de Moisés, y dijo: Subamos luego, y tomemos posesión de ella; porque más podremos nosotros que ellos.” Me imagino la situación y me impone un respeto tremendo el valor de este hombre. Diez de sus compañeros, una mayoría aplastante, están totalmente en contra de entrar en una tierra con ciudades fuertemente fortificadas, hombres fuertes, altos y poderosos y, además,  una tierra fértil y rica, razón de más para pensar que sus habitantes la defenderían con uñas y dientes. El pueblo comprende esa información y la valora pensando además que procede de sus líderes más importantes, “jefes de los hijos de Israel.” Caleb representa a la tribu de Judá pero es él sólo junto con Josué que también está de su lado. Y ahí los vemos, frente a un pueblo enfurecido, con una mayoría en contra y con todas las de perder tal y como se presentan las cosas: “Entonces toda la congregación gritó, y dio voces; y el pueblo lloró aquella noche. Y se quejaron contra Moisés y contra Aarón todos los hijos de Israel; y les dijo toda la multitud: ¡Ojalá muriéramos en la tierra de Egipto; o en este desierto ojalá muriéramos! ¿Y por qué nos trae Jehová a esta tierra para caer a espada, y que nuestras mujeres y nuestros niños sean por presa? ¿No nos sería mejor volvernos a Egipto? Y decían el uno al otro: Designemos un capitán, y volvámonos a Egipto.” La cosa no era para broma, sino para tener miedo por su vida al ser una tan pobre oposición a una decisión de aplastante mayoría.

martes, 7 de enero de 2014

Marchamos asidos de Su Mano

Hemos cruzado la línea en nuestro calendario. Atrás quedan la felices fiestas navideñas, el
¿Cómo no empezar el año con fuerzas renovadas si sabemos que nuestro sostén, nuestro apoyo, el que nos lleva asidos de la mano es el Dios Creador Todopoderoso?
cambio de año, los Reyes magos, todo un inacabable surtido de celebraciones de todo tipo que no se si nos dejan agotados, deseando volver a la rutina, o que, lo que si se es que nos dejan unos kilos de más, lo que supone volver a hacerse un montón de propósitos adelgazantes harto complicados ya que es verdad que los kilos se cogen muy rápido pero se tarda mucho en soltarlos.

La verdad que lo de los propósitos es un tópico de todos los principios de año (y de todos los finales de vacaciones de verano). Creo que lo he oído en todos los noticieros: Propósitos de ir al gimnasio, de apuntarse a la piscina, de salir a correr de nuevo (a ver si afloja el frío), de estudiar inglés, de comenzar algo que tenemos abandonado… A veces el ánimo dura un par de meses, a lo sumo tres, depende del aguante de cada uno; no deja de ser una forma de auto animarse, de cargar pilas, de ilusionarse de nuevo con algo.
Para los cristianos muchas veces es igual, aunque en la Biblia se nos anima a seguir, continuar, perseverar en el Camino que hemos iniciado y que termina en las puertas celestiales donde Jesucristo nos ha preparado un lugar. Entonces lo que necesitamos no son nuevos propósitos, sino ánimos renovados para continuar en ese peregrinaje.
El último día del año que terminamos leí uno de esos comentarios que te redobla el ánimo de manera prodigiosa y que básicamente decía: “lo que nos mantiene a salvo no es como nos asimos a Dios, sino la fuerza con que Él nos sostiene.” El pasaje a leer: Romanos 8:31-39. En la Biblia que tengo abierta lo titula: “El amor de Dios en Cristo Jesús” y comienza con esta afirmación y dosis de ánimo impresionante: “Si Dios es por nosotros, ¿Quién contra nosotros?” Ante esta afirmación, no sé cómo a veces podemos temer algo por parte del hombre. La única explicación debe de ser la falta de fe en lo que Dios nos cuenta que es una realidad. ¿Cómo no empezar el año con fuerzas renovadas si sabemos que nuestro sostén, nuestro apoyo, el que nos lleva asidos de la mano es el Dios Creador Todopoderoso? No nos asimos nosotros a Él, es Él el que nos toma de nuestra débil mano y nos afirma en palabras de Jesús: “Nadie los arrebatará de mi mano. Mi Padre que me los ha dado, es mayor que todos; y nadie los puede arrebatar de las manos de Padre.” Estas son las manos que formaron el Universo, las montañas, los océanos, las manos del Dios de poder, eterno, todopoderoso, fiel, verdadero. El apóstol Pablo llega a decir: “… fui también asido por Cristo Jesús.”
¿Formas parte de los que tenemos esa certeza? Las palabras de Pablo están tan llenas de fe que contagian entusiasmo aunque lo queramos evitar: “Por lo cual estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo porvenir, ni poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús, Señor nuestro.”
Lo tremendo de esta afirmación no es que se trate de algo escrito por el famoso apóstol, sino que son palabras inspiradas, respaldadas por el mismo Espíritu Santo, inspirador de las Sagradas Escrituras. Son pura Verdad. Dios poniendo su “sello de garantía” si me permite la pobre expresión, porque es una garantía inviolable ya que ha costado el precio de la sangre de Jesucristo en la cruz, derramada por amor a nosotros para pagar el coste de nuestro pecados. Pablo desde su fe podía decir: “estoy convencido”. ¿Estamos nosotros convencidos? Pues El mismo que nos salvó es también el que nos guarda, el que nos sostiene, el que nos toma de la mano.

Entonces enfrentamos un nuevo año siguiendo, perseverando, continuando, superando obstáculos, pruebas, dificultades, no solos, sino con Jesús que nos lleva asidos: “Me tomaste de la mano derecha” (Sl.73:23).