viernes, 13 de enero de 2023

GOZO

Gozo es el tema que este año propone la Alianza Evangélica Española para la Semana Unida de Oración que se está celebrando desde el pasado día 8 hasta el próximo domingo 15. Para mí no tendría más importancia si no fuese que en los últimos meses del año que hemos terminado, una de las peticiones que he repetido en mis oraciones fue: “Devuélveme el gozo de la salvación”, ya que el único sitio donde últimamente experimentaba gozo realmente era en las reuniones de la iglesia, gozo de estar en comunión con los santos, gozo de vivir con ellos la comunión con el Señor.

Tengo el convencimiento que desde el día 1 de este nuevo año, el Señor me está respondiendo a esta oración y a las evidencias me remito: El domingo 1 de enero abrí el devocional que suelo leer todas las mañanas “Nuestro Pan Diario” y ¿cuál fue el texto que el Señor me regalaba para ese primer día del año? Filipenses 4:4.- “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez os digo: ¡Regocijaos!”. Luego, en el comentario, se me recordaba que cuando el apóstol Pablo escribió esto, estaba sujeto a un soldado romano, preso, por lo que parecía no debería tener muchos motivos para estar gozoso. Pero el comentario dice a continuación: “No obstante, Pablo decidió regocijarse y les dijo a sus lectores que siguieran su ejemplo: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!”. No sé cuales fueron mis palabras exactas de la oración que brotó de mi interior pero sé que usé una frase parecida a esta: “Señor, quiero decidirme a regocijarme.”

Además de Nuestro Pan Diario, suelo tener un libro devocional más extenso y este año he empezado con “365 lecturas matutinas” de Charles H. Spurgeon. El título del devocional correspondiente la día 1 era: “Los frutos del Año Nuevo” y en la meditación, basada en el libro de Josué en donde se narra la llegada de Israel a la Tierra prometida, pude leer cosas como estas: “Llegaron a la tierra que fluía leche y miel y comieron el añejo grano de la tierra. Quizás este año, lector, éste sea tu caso o el mío. Gozosa es esta esperanza; y si la fe se muestra activa nos dará inmaculado placer. Estar con Cristo en el reposo que queda para el pueblo de Dios es, en verdad, una esperanza gozosa, y esperar esta gloria tan pronto es doble gloria… Desechemos todo temor y regocijémonos con gran gozo en la esperanza de que este año empezaremos a estar con el Señor… Entramos en el reposo los que hemos creído. El Espíritu Santo es la garantía de nuestra herencia; la gloria que Él nos da comienza aquí.”

Alguien podría decir: ¡Vaya casualidad! Pero los creyentes no creemos en las casualidades, creemos que Dios es quien tiene el control y que nos ha creado “para buenas obras, las cuales preparó de antemano.” (Efesios 2:10). Porque, el siguiente paso fue ver el Programa de la Semana Unida de Oración y ver el tema elegido: “Gozo”. Sentí que el mensaje para mí se cerraba con este estudio y además era muy claro cuando leí la introducción del hermano Thomas Bucher que decía: “Jesús nos envió al Espíritu Santo. Como creyentes podemos disfrutar de su fruto. Este poder hace crecer la alegría en el camino del discipulado.” Thomas titula su introducción: “Gozo – La melodía fundamental del Reino de Dios” haciendo un recorrido por los lugares en los que los creyentes, incluso en tiempos difíciles, pueden aferrarse a la promesa de que aún en esos momentos nadie nos puede arrebatar el gozo interior de saber que podemos vivir una vida plena, una vida en donde el orden lo pone Dios y la experiencia como creyentes en comunión, pone el resto, porque, como yo mismo experimenté y escribía al principio, hay gozo en la comunión con los santos. Y si nos equivocamos (que nos equivocamos), hay esperanza y podemos gozarnos en el arrepentimiento y en el perdón que gozosamente nos da el Señor por los méritos de Jesús.

En el Programa de AEE, hay un tema para compartir cada día y el que me tocó a mí fue: “Gozo en la creación.” No voy a exponer la meditación que hice sobre el tema pero sí voy a utilizar el final con el que cerré la meditación en donde citaba dos versículos de 1 de Corintios 15:27-28: “Pues las Escrituras dicen: “Dios ha puesto todas las cosas bajo su autoridad”. (Claro que, cuando dice “todas las cosas están bajo su autoridad”, no incluye a Dios mismo, quien le dio a Cristo su autoridad.) Entonces cuando todas las cosas estén bajo su autoridad, el Hijo se pondrá a sí mismo bajo la autoridad de Dios, para que Dios, quien le dio a su Hijo la autoridad sobre todas las cosas, sea completamente supremo sobre todas las cosas en todas partes.” Desde que el Señor sufrió en sí mismo la maldición de la Ley, el universo está siendo restaurado para una relación adecuada con el Creador porque Cristo ya ha sujeto todas las cosas. Dios aplastará pronto a Satanás, el pecado será alejado y Dios será todo en todos. Los ángeles se gozan ya de esta victoria. Y nosotros nos gozamos con ese gozo interno que nos da la presencia del Espíritu Santo en nuestro corazón porque aunque a nuestro alrededor solo veamos las consecuencias del pecado, Jesús está en el cielo haciendo ya las cosas que darán paso a esta reconciliación general y palpable con Dios.

Dios quiera que todos los que lean esto puedan gozarse de estas cosas que están anunciadas respecto a la reconciliación de la Creación ahora contaminada por causa del pecado, cosas que pronto vamos a poder ver con nuestros propios ojos. Amén.