jueves, 28 de noviembre de 2013

Soltad a Barrabás

el dios dinero dominando el mundo por la ambición de poder
Estamos asistiendo estos días con total impotencia, a la puesta en libertad de terroristas, violadores y no sé cuantas más personas tristemente conocidas por sus delitos: asesinatos a sangre fría o por medio de bombas, asesinatos al fin y al cabo, violaciones, abusos, en fin, están saliendo de las cárceles de España estas personas poseedoras de un currículo tan triste que las personas honradas no quieren ni imaginar cómo hay que pensar, ya no razonar, para alcanzar estas cotas de miseria y degradación.
Estas personas salen como consecuencia de la derogación de la llamada “doctrina Parot” que las obligaba a estar más tiempo en la cárcel entendiendo que las penas que hasta ahora habían cumplido, y que siempre suponían una parte proporcional muy baja (a mi entender) de la pena con la que habían sido castigados (alguno salía cumpliendo 20 años habiendo sido condenado a medio siglo de cárcel, pero hay otros condenados a miles de años en las mismas condiciones), no llegaba para cumplir, al menos, el máximo de 30 años de cumplimiento efectivo previsto en el Código Penal anterior.
El Tribunal de Estrasburgo derogó esa doctrina que hasta ahora había evitado las excarcelaciones de decenas de terroristas. Consideró que su aplicación era inconstitucional.
Claro, las situaciones que se están dando ahora en algunos lugares, en los que los familiares de los cientos de víctimas, se pueden cruzar con los asesinos por la acera, es sobrecogedora. A mí me recordó esas escenas de las películas en las que una banda de malhechores asalta una prisión por medio de explosivos o como sea, abre las puertas y salen a la calle en bandada toda clase de delincuentes.
¿Qué consecuencia va a resultar de todo esto? Parece que nadie lo prevé porque ahora están soltando a violadores y asesinos que se reconocen “no curados” y que pueden volver a recaer en los mismos delitos por los que han sido encerrados.

La noticia de hoy es la expulsión de un famoso político italiano del Senado, acusado de fraude fiscal aunque todavía tiene cuatro causas más pendientes a las que enfrentarse en los tribunales, entre las que destaca la de incitación a la prostitución de menores y abuso de poder. Pues bien, este famoso personaje ha sido aclamado por una multitud de seguidores de su partido cuando se supo la sentencia, recordándome la escena, salvando las distancias, a aquella otra en la que el gobernador Julio César presentó a la multitud de los judíos a Jesucristo y a Barrabás:

“En el día de la fiesta el gobernador acostumbraba poner en libertad a un preso, el que el pueblo quisiera. En aquel momento tenían un preso muy famoso, llamado Barrabás. Pilato se reunió con ellos y les preguntó: “¿A quién quieren que les suelte: a Barrabás, o a Jesús, al que llaman el Cristo?” Y es que Pilato sabía que ellos lo habían entregado por envidia. Mientras él estaba sentado en el tribunal, su mujer mandó a decirle: “No tengas nada que ver con ese justo, pues por causa de él hoy he tenido un sueño terrible»”. Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud de que pidieran a Barrabás, y que mataran a Jesús. El gobernador les preguntó: “¿A cuál de los dos quieren que les suelte?” Y ellos dijeron: “¡A Barrabás!” Pilato les preguntó: “¿Qué debo hacer entonces con Jesús, al que llaman el Cristo?” Y todos le dijeron: “¡Que lo crucifiquen!”.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Encarcelados

cárceles hacinadas en condiciones infrahumanasEncarcelados es un programa de televisión que nunca había tenido oportunidad de ver y esta semana en uno de esos zapping  que se hacen por las cadenas de tv, me encontré con este terrible reportaje que se hace de la tremenda realidad que se vive diariamente en las cárceles de Sudamérica.
El programa que vi estaba centrado en las cárceles del Salvador y quedé impactado. La sensación que tenía al finalizar el programa es que había tenido acceso a un reportaje sobre el infierno. Me iba a acostar en mi cómoda cama, en mi amplia habitación y no conseguía quitar de mi mente a aquellas mujeres hacinadas en la cárcel de Ilopango, un lugar habilitado para 250 personas en el que han metido a 1138 mujeres, amontonadas, sin un lugar donde estar, en una de las habitaciones pensada para 40 personas duermen más de 130 durmiendo muchas de ellas en el suelo, por debajo de la última litera encima de una colcha, manta o lo que tengan a mano. Las más afortunadas duermen en la litera con un colchón consistente en una delgado colchón de goma espuma puesto en un desvencijado somier, mil veces reparado con alambres, cuerdas o lo que sea; otras encuentran el sitio de una persona en el acceso a los baños y confesaban que dormían tapándose la nariz con una toalla por causa del mal olor. Afortunadamente no vi imágenes de los aseos porque estoy seguro que superarían mi imaginación. La gente libre que pasaba por delante de esta cárcel que está tan saturada que las mujeres están en la misma verja que las separa de la calle, la gente que pasaba decía: “Están metidas en una jaula como si fueran monos”. En los accesos a los edificios de la cárcel habían mal instalado unos plásticos para que debajo pudiesen estar recostadas, sentadas, de cualquier manera, simplemente para resguardarse de una lluvia, el sol, o de lo que malamente se pudieran resguardar. Una interna comenta: “Pasan ratas por encima de mí”.
Los reclusos de la cárcel de Cojutepeque aseguran que es muy difícil dormir en esas condiciones pero que se acostumbran. “Tendríamos que tener un espacio como seres humanos que somos”, se queja uno de los presos. Andar en la celda es “imposible”. El padre Toño asegura que tiene ganas hasta de llorar de ver en las condiciones en las que viven los presos. ¿Por qué hay tantos presos en el Salvador? La mayoría son miembros de las Maras, pandillas organizadas muy violentas a las que se las acusa de la muerte de más de 50.000 personas. Algunos de los presos entrevistados aseguraban que este tipo de pandillas se están organizando en Madrid.

Presos por delitos de homicidio, por tráfico de drogas… "Estoy condenado a un siglo de prisión por homicidio", decía uno de los presos. Se ven muchos completamente tatuados, incluso en toda su cara y lo más terrible, niños, niños pequeños criándose en el interior de esos lugares. Hay 93 niños viviendo en prisión con sus madres. Caritas de ángeles viviendo en el infierno, pobrecillos, inocentes viviendo entre barrotes ajenos a la vida feliz y sin complicaciones de nuestros niños. Pero han nacido ahí y para ellos el mundo es ese amontonamiento de gente, sin espacio físico, sin libertad para salir de esa jaula, mientras sus jóvenes mentes van grabando imágenes que los marcarán para toda su vida.

Cuando terminó el programa oré: “Señor, ven pronto para acabar con tanta miseria y horror, pero que se haga tu voluntad, Padre, tú sabes las cosas.” ¿A qué situación está llevado el pecado a la humanidad? Si me dicen que esas imágenes son parte de una película de ciencia ficción, de estas futuristas que presentan un panorama apocalíptico devastador, lo aceptaría mejor que tener que asumir la realidad de que son imágenes sacadas de la vida real, imágenes horribles que están en la retina de miles de personas que esta noche intentarán conciliar el sueño en medio de un hedor insoportable, con miles de ruidos a su alrededor, sin posibilidad de poder levantarse a mirar por una ventana sin tener que pasar por encima de cientos de otras personas, primero porque no hay ventana y segundo porque si han conseguido el hueco de una persona para dormir, deben conservarlo al precio de tener que dormir sentado en una escalera o en algún sitio peor. ¿Os imagináis tener que ir al baño en medio de la noche? Pues no pueden. Alguno dijo: “Es inmundo el olor a pis que hay”. “90 reclusos de la cárcel de Cojutepeque en El Salvador duermen en una habitación de unos ocho metros de largo y cuatro de largo. Las personas duermen unas encima de otras en camas, colchones, mantas y hamacas. Seis personas por cada piso y dos por cada cama.”