domingo, 22 de marzo de 2015

TODO

todo para su gloria
Hace relativamente poco que he descubierto al escritor A.W. Tozer. No recuerdo si lo he dicho antes"Uno de los primeros 10 libros de mayor influencia espiritual." Yo lo recomiendo encarecidamente, junto con "El conocimiento del Dios Santo", "La verdadera vida cristiana", "Fe mas allá de la razón" y ahora me dispongo a estudiar mi última adquisición "El poder de Dios para tu vida".
pero sus libros de temática cristiano-evangélica, son ya clásicos y conocidos mundialmente. En la contraportada de uno de ellos "La búsqueda de Dios" se puede leer:
Hoy, leyendo el último capítulo de "La búsqueda de Dios", me pareció oportuno compartir en este blog la idea práctica que surge de su lectura basada en el texto bíblico "Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios." (1 Corintios 10:31). El texto es conocido para los creyentes, pero muy pocas veces somos conscientes que esto aplica a todas las áreas y los momentos de nuestra vida, hasta el punto que, como afirma Tozer, esto se puede convertir en una "carga" que impide que tengamos paz interior al querer dividir nuestra vida en dos áreas: la sagrada y la secular. Esta división hace que vivamos desequilibrados, a veces confusos y, en muchos momentos, inútilmente cargados con pesos que nos ponemos encima que, debidamente analizados, son pesos que no tenemos por qué transportar, como dice Pablo en Hebreos 12:1, "despojémonos de todo peso..." que nos impide correr bien la carrera (la vida) que tenemos por delante.
Los cristianos vivimos en dos mundos. Jesús lo dice de esta manera: "Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo..." (Juan 15:19). Como comentaba Pablo Martínez en una de sus conferencias, parece que el Señor utilizaba un "fino humor" para hacer como un trabalenguas, pero que venía a señalar la realidad del creyente: vivimos en el mundo, estamos en el mundo (de paso), pero no somos del mundo. El apóstol Pedro nos llama extranjeros: "Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles;" (1 Pedro 2:11-12). Estamos pasando por el mundo como peregrinos hacia la Ciudad Celestial y como ciudadanos del cielo, ya somos extranjeros aquí. "Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;" (Filipenses 3:20).
Esta realidad nos genera un "conflicto": por un lado tenemos que atender a las cosas del mundo, las normales: el trabajo, el día a día en casa con nuestra familia, los estudios, el atender nuestras obligaciones con la comunidad (Ayuntamiento, vecinos, política, sucesos...) y por otro lado tenemos lo que la Biblia llama la "vida en el Espíritu" que, como dice Tozer, es una "muy alta clase de vida" y la Palabra así nos lo confirma cuando asegura que somos hijos de Dios, ya poseemos una naturaleza celestial y disfrutamos de la comunión con Dios y con Su Hijo.
El conflicto surge cuando no compaginamos las dos vidas, cuando dividimos "TODO" en dos mitades y no las mezclamos. Separamos el tiempo de Iglesia, las actividades propias que surgen en ella; también las particulares, oración, tiempo devocional, lectura de la Biblia, alabanza, etc., de lo demás, lo secular, como lo he llamado antes "las cosas del mundo".
Parece que esto tiene un nombre desde antiguo: la vieja antítesis sagrado-secular, una lucha en la que caen muchos cristianos y que nos provoca inquietud, confusión y falta de paz. Sin embargo esto no tiene fundamento bíblico sino todo lo contrario, surge de no aplicar debidamente el texto mencionado de 1 Corintios 10:31: hacedlo todo para la gloria de Dios.
¿Qué hacía Jesús? ¿Notamos diferencia entre su tiempo e vida espiritual y su vida secular? Nunca. El simplemente era consciente de hacer lo que sabía era la Voluntad de Su Padre: "Porque el que me envió, conmigo está; no me ha dejado solo el Padre, porque yo hago siempre lo que le agrada." (Juan 8:29) Y esa idea era su vivir diario, como así debería ser el nuestro. Con naturalidad, fluyendo de nuestra relación con el Señor, sin artificios ni falsas piedades, tranquilamente... porque Él conmigo está.
No podemos tener dos tipos de vida según estemos en el mundo o en el ambiente de la Iglesia, con los hermanos. El Señor nos ha puesto en el mundo para ser luz y sal en medio de ellos. Si nos reservamos solamente para el momento que estamos con los demás ciudadanos del Cielo ¿entonces qué? ¿en qué momento vamos a ser luz y sal? Hasta el punto es TODO para la gloria del Señor que Pablo puso dos cosas como ejemplo que hacemos diaria y rutinariamente: comer y beber. Algo imprescindible, algo que hacemos casi inconscientemente, a nuestra hora o cuando el cuerpo reclama el alimento, pero ¡hacedlo TODO para la gloria de Dios! significa vive para tu Señor, vivamos para Él cada minuto de nuestra vida. Seamos conscientes de nuestro compromiso con Él: nuestra vida, nuestro tiempo, lo que somos, lo que tenemos... le pertenece, se lo hemos entregado. Cuando nos arrepentimos y le pedimos que fuese el Señor de nuestra vida le dijimos: ¡Señor, te entrego mi vida! Entonces, ¿como es que ahora la dividimos? ¿ya no le entregamos toda nuestra vida? ¿Acaso el Señor se va a conformar con una parte?
A.W. Tozer escribe: "Debemos acostumbrarnos a vivir para la gloria de Dios." Cada instante de nuestra vida Él está con nosotros, así lo ha prometido y así lo dice. Sus ojos están pendientes de nosotros. Sus oídos están atentos a nuestras súplicas. Cuando se nos ordena "Orad sin cesar" se trata de un ejercicio diario y continuo en nuestra relación con Dios porque los problemas, las circunstancias, incluso los problemas que afectan a nuestro trabajo, a la empresa donde trabajamos, están siendo bendecidos y arreglados por el Dios todopoderoso porque nosotros, sus hijos, que vivimos ese problema, se lo estamos poniendo en oración... porque hablamos con Él sin cesar.
Tozer nos aconseja: "No cesemos de decirle a Dios, cada vez que oramos, que deseamos que TODOS los actos de nuestra vida sean para su gloria y honra." Pues que así sea.

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