domingo, 5 de mayo de 2013

El Veinte



Detalle en Aguas Vivas
Acabamos de regresar del XX Retiro de Iglesia en “Aguas Vivas” y, con la mente todavía fresca de todo lo que hemos podido disfrutar en este puente de Mayo, quisiera plasmar algunas de las bendiciones que hemos recibido, en primer lugar, en la persona del siervo de Dios Pedro Arbalat quién, acompañado de su esposa Antonia, nos estuvo hablando sobre las Relaciones Personales entre hermanos dentro de la Iglesia de Cristo.
Para ello, repartió 4 áreas importantes dentro de los cuatro estudios que solemos celebrar en este Retiro:

  1. Arrepentimiento, no el de la conversión sino el de la ofensa: “Mi arrepentimiento”.
  2. Enojo (enfado, malestar, ira…)
  3. Las Heridas: “el daño que los demás me hacen”.
  4. El Perdón entre los hermanos.
Para abrir los Estudios, empezamos leyendo Mateo 3:1-10, donde se relata el Ministerio de Juan el bautista, viendo su mensaje, “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” y comprobando los resultados del mismo: “eran bautizados… confesando sus pecados”.

En el prólogo, Pedro puntualizó que la raíz del problema en las divisiones de iglesia son las relaciones personales.

1.- Arrepentimiento
El ejemplo más claro lo tenemos en la historia del hijo pródigo. Arrepentimiento es la traducción de la palabra griega “metanoian”, aunque literalmente significa “pensamiento posterior a una evaluación (autocrítica). El arrepentimiento genera una acción: “Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento.”

Sólo hay un tipo de arrepentimiento. El hombre se inventa otros tipos, pero son falsos:
  • El egoísta (un ejemplo: Saúl) “Se que he obrado mal (confiesa sinceramente), pero acompáñame a hacer el sacrificio para que el pueblo me vea y me devuelva la honra”.
  • Otro ejemplo en el NT fue Judas: Se arrepintió de lo que había hecho pero, finalmente, se ahorcó. Lo contrario fue el arrepentimiento de Pedro.
  • El ignorante: Nunca saben que han ofendido.
  • El que manipula el arrepentimiento: finge arrepentirse, finge un gran pesar espiritual, pero todo es falso, fingido. Vuelve a pecar intencionadamente.
El verdadero arrepentimiento incluye humillación. Estos falsos arrepentimientos no hacen evaluación, no piensan en la persona herida y no hay intención de solucionar el problema.

Ver 2 Cor.5:17.- Lo que antes practicaba, ahora no tengo que hacerlo.
Muchas veces utilizamos la crítica y la suavizamos diciendo que “hablamos en confianza”.
El chismorreo (la crítica), se quita con el arrepentimiento. Hay que saber pedir perdón.
Proverbios 10:32; 15:1.

¿Cómo saber si practicamos el arrepentimiento?
Job 42:6.- Así se arrepentían los orientales.
2 Cor.7:10.- La tristeza bíblica produce arrepentimiento.
Salmo 51:17.- Arrepentimiento: espíritu quebrantado.

2.- Enojo
Ver Mateo 9:35-38: Jesús enseñaba, predicaba, sanaba enfermedades y dolencias espirituales en los lugares de sus enemigos (“en el pueblo”). Para nosotros es un Modelo a seguir.

Ecles.7:9.- El enojo reposa en el seno de los necios.
Debemos dejar que el Espíritu Santo obre en nosotros para dominar el enojo.
Mt.5:22.- el enojo contra el hermano (Levítico 19:16). El fruto del enojo es destructivo y siempre afecta a la iglesia.
Efesios 4:26-27.- Control sobre el enojo. La contrapartida es “someterse a Dios” (Santiago 4:7).

¿Cómo tratamos la ira?
Prov.14:17.- Por medio de la oración. Sin oración no hay fruto espiritual.
Prov.16:32.- Controlando el corazón.
Sl.37:8.- Dejarse dominar por el enojo produce lo contrario de lo que debe hacer el cristiano.

Consejos:
Prov.22:24-25; Ecle.7:9; Col.3:8; Stgo.1:19.

3.- Las Heridas
Lectura: Salmo 73.
Las heridas pueden ser producidas por enfermedades, un accidente, hay heridas psicológicas (a veces consecuencia del pecado) y las producidas por otros.
Las heridas solo pueden ser tratadas poniéndonos frente a la cruz de Cristo (Sl.73:17).
Las heridas son profundas y difíciles de identificar. A veces son secuelas “borradas” de nuestra infancia.
Las heridas entre hermanos duelen especialmente (Sl.73:13).
El egoísmo y la ignorancia provocan heridas a veces sin darse ni cuenta.
En algún momento de nuestra vida, viviremos esta situación.

¿Cómo tratar estas heridas?
Lo que hacen algunos: (Sl.23:5) Ignorando el dolor, dejan pasar el tiempo… o (Sl.55:5-7) Se alejan de la herida. Los hay que crean un corazón de amargura.

Lo que debemos hacer es ir a la cruz de Cristo: si el Señor lo sabe, puedo confiar en Él: es confiar en Él.

Consejos:
Llevar las heridas a la cruz, perdonando (Sl.37:7-8).
Comprender (Ro.7:19), poner la mira en la meta final: el Reino de los Cielos (Is.40:30-31).

4.- El Perdón
Lectura: Mateo 18:21-35.
En Mt.18:21 se menciona específicamente el nº 7 que se conoce como el número de la perfección = formado por el nº 4 que es el símbolo de la plenitud (4 puntos del universo) + el nº 3 que representa la Trinidad. Parece que Pedro utiliza el nº 7 como el número “perfecto” de veces a perdonar.

En nuestro caso, ante el Señor, Dios, la deuda es tan grande que no se puede pagar.

Colosenses 3:12-14.- Vestíos como escogidos de Dios: en la antigüedad, el vestido identificaba la profesión o quién era la persona. Nuestro vestido = nuestro testimonio.
Aquí tenemos las reglas: santos, misericordiosos, mansos, pacientes, benignos, soportándoos, perdonándoos unos a otros.

Perdonar es un atributo divino. Te lo inspira el Espíritu Santo.
¿Cómo aplicarlo?
Perdonar es lo contrario de condenar.
Perdonar implica ser consciente de la imagen de Dios en la que fuimos creados: ver la dignidad en la persona, y una persona digna se merece mi perdón.
Efesios 4:22-24.
Perdonar implica reparar la rotura, volver a construir y requiere disciplina: Palabra, oración, comunión con Dios.
El perdón refleja el amor de Cristo. Por eso, esto no se lo podemos pedir a un no creyente. Mantener el rencor es lo fácil; lo difícil es perdonar.
Stgo.5:16.- La oración del justo puede mucho ¡en ese contexto! El de las Relaciones Personales: Confesaos unos a otros… orad unos por otros. La oración eficaz del justo reconstruye edificios en ruinas.

Falsos conceptos del perdón:
  1. El perdón y el olvido: Olvidamos a la persona y recordamos el pecado, cuando que se trata de lo contrario.
  2. Perdonar sin restaurar: Amor. El perdón sin la restauración es una farsa. Reconciliación, recuperación.
  3. El perdón pasivo: “Aquí estoy, si quieres algo ya vendrás”. Lo ideal sería abrir la posibilidad del perdón mutuo.
  4. El perdón egoísta: perdono a quien me conviene.
  5. El perdón caritativo: Te perdono porque me das pena.
El perdón básicamente trata de dar pasos: acción, disciplina.

Finalmente, en el apartado de conclusiones y preguntas, hubo un interesante broche final con diferentes opiniones, preguntas y aclaraciones por parte del hermano Pedro que finalizó brillantemente el tiempo de estudio en este XX Retiro.

2 comentarios:

  1. Muy interesante este Estudio. Ánimo y a por el 21!!

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  2. Hola,
    No había leído este comentario y lo hago cuando estamos camino del Retiro de Iglesia número 24.
    El año que termina, 2016, hemos tenido el XXIII Retiro en Guadarrama (Madrid) y el tema de los Estudios fue "El poder de nuestra comunión con Dios" y lo dio el hermano Mario Monroy.
    Gracias por el comentario.
    ¡Saludos!

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