Acabamos de regresar del XX
Retiro de Iglesia en “Aguas Vivas” y, con la mente todavía fresca de todo lo
que hemos podido disfrutar en este puente de Mayo, quisiera plasmar algunas de
las bendiciones que hemos recibido, en primer lugar, en la persona del siervo
de Dios Pedro Arbalat quién,
acompañado de su esposa Antonia, nos
estuvo hablando sobre las Relaciones
Personales entre hermanos dentro de la Iglesia de Cristo.
Para ello, repartió 4 áreas
importantes dentro de los cuatro estudios que solemos celebrar en este Retiro:
- Arrepentimiento, no el de la conversión sino el de la ofensa: “Mi arrepentimiento”.
- Enojo (enfado, malestar, ira…)
- Las Heridas: “el daño que los demás me hacen”.
- El Perdón entre los hermanos.
Para abrir los Estudios,
empezamos leyendo Mateo 3:1-10, donde se relata el Ministerio de Juan el
bautista, viendo su mensaje, “Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha
acercado” y comprobando los resultados del mismo: “eran bautizados… confesando
sus pecados”.
En el prólogo, Pedro puntualizó
que la raíz del problema en las divisiones de iglesia son las relaciones
personales.
1.- Arrepentimiento
El ejemplo más claro lo tenemos
en la historia del hijo pródigo. Arrepentimiento es la traducción de la palabra
griega “metanoian”, aunque literalmente significa “pensamiento posterior a una
evaluación (autocrítica). El arrepentimiento genera una acción: “Haced, pues,
frutos dignos de arrepentimiento.”
Sólo hay un tipo de
arrepentimiento. El hombre se inventa otros tipos, pero son falsos:
- El egoísta (un ejemplo: Saúl) “Se que he obrado mal (confiesa sinceramente), pero acompáñame a hacer el sacrificio para que el pueblo me vea y me devuelva la honra”.
- Otro ejemplo en el NT fue Judas: Se arrepintió de lo que había hecho pero, finalmente, se ahorcó. Lo contrario fue el arrepentimiento de Pedro.
- El ignorante: Nunca saben que han ofendido.
- El que manipula el arrepentimiento: finge arrepentirse, finge un gran pesar espiritual, pero todo es falso, fingido. Vuelve a pecar intencionadamente.
El verdadero arrepentimiento
incluye humillación. Estos falsos arrepentimientos no hacen evaluación, no
piensan en la persona herida y no hay intención de solucionar el problema.
Ver 2 Cor.5:17.- Lo que antes
practicaba, ahora no tengo que hacerlo.
Muchas veces utilizamos la
crítica y la suavizamos diciendo que “hablamos en confianza”.
El chismorreo (la crítica), se
quita con el arrepentimiento. Hay que saber pedir perdón.
Proverbios 10:32; 15:1.
¿Cómo saber si practicamos el
arrepentimiento?
Job 42:6.- Así se arrepentían los
orientales.
2 Cor.7:10.- La tristeza bíblica
produce arrepentimiento.
Salmo 51:17.- Arrepentimiento:
espíritu quebrantado.
2.- Enojo
Ver Mateo 9:35-38: Jesús
enseñaba, predicaba, sanaba enfermedades y dolencias espirituales en los
lugares de sus enemigos (“en el pueblo”). Para nosotros es un Modelo a seguir.
Ecles.7:9.- El enojo reposa en el
seno de los necios.
Debemos dejar que el Espíritu
Santo obre en nosotros para dominar el enojo.
Mt.5:22.- el enojo contra el
hermano (Levítico 19:16). El fruto del enojo es destructivo y siempre afecta a
la iglesia.
Efesios 4:26-27.- Control sobre
el enojo. La contrapartida es “someterse a Dios” (Santiago 4:7).
¿Cómo tratamos la ira?
Prov.14:17.- Por medio de la
oración. Sin oración no hay fruto espiritual.
Prov.16:32.- Controlando el
corazón.
Sl.37:8.- Dejarse dominar por el
enojo produce lo contrario de lo que debe hacer el cristiano.
Consejos:
Prov.22:24-25; Ecle.7:9; Col.3:8;
Stgo.1:19.
3.- Las Heridas
Lectura: Salmo 73.
Las heridas pueden ser producidas
por enfermedades, un accidente, hay heridas psicológicas (a veces consecuencia
del pecado) y las producidas por otros.
Las heridas solo pueden ser
tratadas poniéndonos frente a la cruz de Cristo (Sl.73:17).
Las heridas son profundas y
difíciles de identificar. A veces son secuelas “borradas” de nuestra infancia.
Las heridas entre hermanos duelen
especialmente (Sl.73:13).
El egoísmo y la ignorancia
provocan heridas a veces sin darse ni cuenta.
En algún momento de nuestra vida,
viviremos esta situación.
¿Cómo tratar estas heridas?
Lo que hacen algunos: (Sl.23:5)
Ignorando el dolor, dejan pasar el tiempo… o (Sl.55:5-7) Se alejan de la
herida. Los hay que crean un corazón de amargura.
Lo que debemos hacer es ir a la
cruz de Cristo: si el Señor lo sabe, puedo confiar en Él: es confiar en Él.
Consejos:
Llevar las heridas a la cruz,
perdonando (Sl.37:7-8).
Comprender (Ro.7:19), poner la
mira en la meta final: el Reino de los Cielos (Is.40:30-31).
4.- El Perdón
Lectura: Mateo 18:21-35.
En Mt.18:21 se menciona específicamente
el nº 7 que se conoce como el número de la perfección = formado por el nº 4 que
es el símbolo de la plenitud (4 puntos del universo) + el nº 3 que representa
la Trinidad. Parece que Pedro utiliza el nº 7 como el número “perfecto” de
veces a perdonar.
En nuestro caso, ante el Señor,
Dios, la deuda es tan grande que no se puede pagar.
Colosenses 3:12-14.- Vestíos como
escogidos de Dios: en la antigüedad, el vestido identificaba la profesión o
quién era la persona. Nuestro vestido = nuestro testimonio.
Aquí tenemos las reglas: santos,
misericordiosos, mansos, pacientes, benignos, soportándoos, perdonándoos unos a
otros.
Perdonar es un atributo divino.
Te lo inspira el Espíritu Santo.
¿Cómo aplicarlo?
Perdonar es lo contrario de
condenar.
Perdonar implica ser consciente
de la imagen de Dios en la que fuimos creados: ver la dignidad en la persona, y
una persona digna se merece mi perdón.
Efesios 4:22-24.
Perdonar implica reparar la
rotura, volver a construir y requiere disciplina: Palabra, oración, comunión
con Dios.
El perdón refleja el amor de
Cristo. Por eso, esto no se lo podemos pedir a un no creyente. Mantener el
rencor es lo fácil; lo difícil es perdonar.
Stgo.5:16.- La oración del justo
puede mucho ¡en ese contexto! El de las Relaciones Personales: Confesaos unos a
otros… orad unos por otros. La oración eficaz del justo reconstruye edificios
en ruinas.
Falsos conceptos del perdón:
- El perdón y el olvido: Olvidamos a la persona y recordamos el pecado, cuando que se trata de lo contrario.
- Perdonar sin restaurar: Amor. El perdón sin la restauración es una farsa. Reconciliación, recuperación.
- El perdón pasivo: “Aquí estoy, si quieres algo ya vendrás”. Lo ideal sería abrir la posibilidad del perdón mutuo.
- El perdón egoísta: perdono a quien me conviene.
- El perdón caritativo: Te perdono porque me das pena.
Finalmente, en el apartado de
conclusiones y preguntas, hubo un interesante broche final con diferentes
opiniones, preguntas y aclaraciones por parte del hermano Pedro que finalizó brillantemente
el tiempo de estudio en este XX Retiro.
Muy interesante este Estudio. Ánimo y a por el 21!!
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarNo había leído este comentario y lo hago cuando estamos camino del Retiro de Iglesia número 24.
El año que termina, 2016, hemos tenido el XXIII Retiro en Guadarrama (Madrid) y el tema de los Estudios fue "El poder de nuestra comunión con Dios" y lo dio el hermano Mario Monroy.
Gracias por el comentario.
¡Saludos!