lunes, 9 de septiembre de 2013

El Observatorio

observadosNo hace mucho tiempo leí en una hoja del calendario de La Buena Semilla: “Un hotelero, a quién ofrecí unos ejemplares del Nuevo Testamento, me dijo hace poco: “Disculpe, pero el cristianismo está perdiendo velocidad…”. En cierto modo tenía razón. En los países de Europa, cada vez hay menos personas que profesan ser cristianas.”
Contrasta con este comentario la serie de titulares que están apareciendo en el periódico digital “Protestante Digital” bajo el enunciado “Observatorio de Pluralismo Religioso”: Sigue creciendo la presencia evangélica en España…, En España hay 3.353 lugares de culto evangélicos…, La Comunitat Valenciana es la cuarta autonomía con más lugares de culto de las confesiones minoritarias…, Los evangélicos son la minoría religiosa con más templos…, El Observatorio del Pluralismo religioso en España, dependiente del ministerio de Justicia, calcula 223 lugares de culto en la Región de Murcia, de los que 112 evangélicos…, En la provincia de Huelva hay más de mil fieles de la Iglesia evangélica, que es la confesión no católica que más lugares de culto tiene, etc., etc. Y así podía seguir enumerando cada una de las Comunidades españolas que tienen representación evangélica, casi como si de un avivamiento se tratara.
¿No dicen siempre que España va en el mismo tren que Europa? Si según algunos informes, Europa tiene cada vez menos cristianos y según los titulares de PD, en España sigue creciendo la presencia evangélica, es evidente que, en asuntos del espíritu, hemos cogido otro tren, aunque, en estos asuntos no nos dejemos llevar por la euforia de los titulares, porque, tristemente, es aparentemente importante el crecimiento del número de evangélicos en España, pero, ¿qué importa, la cantidad o la calidad?
Las palabras de Jesús resuenan en nuestros oídos: “Estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” Pocos son los que encuentran el verdadero Camino de Vida que es Jesús mismo. Los que van por el camino angosto son los que pueden decir: Para mí el vivir es Cristo, como decía Pablo. ¿Cuántos de los que se dicen evangélicos son verdaderos creyentes, verdaderos discípulos de Cristo? ¿Cuántos han renunciado a todo por Cristo? El camino angosto es el camino de la entrega personal de la que habla Romanos 12. Pero el Señor nos dice que muy pocos hallan la puerta de entrada a ese camino, porque no les resulta atractiva, porque les exige una renuncia a lo que ha sido su vida hasta ese momento y les aboca a un compromiso con Dios el cruzar esa puerta que es Jesús.
Samuel Pérez escribió: “Solo encuentran gloriosa la puerta y la buscan aquellos que han sido iluminados por el Espíritu Santo de Dios. Encuentran la puerta quienes lloran y desean ser consolados; los que tienen hambre y sed de Dios, despertada por Dios mismo en ellos. Indudablemente quienes se sienten satisfechos con sus vidas y los que buscan la salvación en el camino de la religión, no encuentran la puerta de la vida que pasa desapercibida para ellos. Por esa causa son pocos los que la encuentran.”

Hay una pregunta que Jesús dejó caer como una advertencia, respecto al futuro, respecto a ese día cuando el Hijo del Hombre regrese a la tierra: “Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?” (Lucas 18:8) La pregunta la hizo después de una parábola en la que mostraba la necesidad de orar siempre y no desmayar. Es verdad que los discípulos tenían que comenzar la gran comisión por el mundo y que si ellos, que daban el primer paso, fallaban, la fe en el Señor no iba a ser propagada. Una interpretación puede ser esa, de que Jesús les estaba pidiendo que su fe y su confianza en Él no se tambaleasen. Pero a nosotros nos lleva a pensar en lo que comentaba al inicio: cada vez hay menos personas que profesan ser cristianas ¿Habrá sugerido Jesús proféticamente esta pérdida de fe en el mensaje de la Biblia?
Los tiempos están cambiando y los cristianos tenemos que asirnos cada vez con más fuerza a la Verdad de La Palabra y a la Roca fuerte de nuestra salvación porque cada día aumentarán las dificultades y la oposición; en algunos lugares ya ha comenzado la persecución, pero, curiosamente, en esos lugares es en donde crece los cristianos de verdad, los auténticos, los comprometidos. Puede que en Europa los cristianos sean cada vez menos numerosos, pero su número aumenta en otros continentes como en Asia.

Pienso que no nos debe preocupar ese Observatorio. La cifra de elegidos la conoce Dios que es omnisciente. Nosotros solo debemos preocuparnos por la calidad de ese incremento, que los que crean oigan el verdadero mensaje, fiel a La Palabra; lo principal es tener a Cristo como su Salvador personal, seguirlo, aprender de su ejemplo, tomarlo como modelo, avanzar en santidad, perseverar, resistir hasta el final, orar sin cesar. Que cuando Jesús regrese, encuentre fe en la tierra.

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