Como todos los años por estas fechas llegan los resúmenes
anuales. Creo que ya dije esto en otro artículo pero es así cada año. Comento
esto porque hoy me ha llamado la atención este titular en el periódico: “2014:
ninguna gran guerra, conflictos sin fin”, y luego el subtitulo ampliaba: “Hoy
no existen contiendas armadas internacionales, pero las luchas internas
desgarran decenas de países”. La foto a gran tamaño que acompaña el artículo es
apocalíptica; el comentario a pie de foto reza: “Panorámica de una avenida de
Homs, Siria, el día de Nochebuena”. Simplemente desolador. El hecho de que el
periodista añada “Nochebuena” es una pincelada de ironía brutal del contraste
de lo que el lector ve asomado a esa ventana de la dura realidad, a lo que
están viviendo esas personas en su día a día y lo que nuestra imaginación nos
recrea con el christmas del portal de Belén, el pesebre, esa típica estampa de
lo que más o menos sucedió en Belén hace más de 2000 años.
Hay un mapamundi que señala los conflictos activos y, como
una palabra de esperanza, aquellos que podrían solucionarse en el 2014. De
éstos solamente veo dos, uno en América del Sur, en Colombia, donde parece que
han llegado a un acuerdo de solución sin armas de por medio y el otro señalado
está en la zona del mundo islámico, Irán, donde también se recibió un soplo de
esperanza con ese conocido proceso de acercamiento entre Washington y Teherán.
El continente peor en número de conflictos es África. Es
triste decirlo después de tener imágenes durante una semana de los actos
celebrados con motivo de la muerte, funerales y entierro de un líder de la paz,
Nelson Mandela. Hasta diez países puedo ver con conflictos abiertos, terribles,
sangrientos, en países pobres, con poblaciones que sufren hambre, miseria,
desolación… Problemas en la mayoría de los casos que no tienen una solución
militar, sino que son problemas que corresponden a la esfera social, política y
económica. ¿Cómo resolver eso en un continente plagado de corrupción, abuso de
poder, represión, continua violación de los derechos humanos, armas? Malí,
República Centroafricana, República Democrática del Congo, Sudán, Sudán del
Sur, Chad, Nigeria, Níger…Egipto. ¿Qué imágenes se nos presentan de estos
lugares? ¿Por qué se nos hacen conocidos? Por su miseria, sus hambrunas, sus
continuas peleas raciales, étnicas, religiosas… ¿Quién fomenta estas guerras?
¿Será verdad que son los países industrializados los que están detrás para
potenciar su comercio armamentístico, para incluso experimentar con armas?
Miro otra vez la foto: ¿Es este el resultado del avance del
hombre, de la ciencia, de sus potentes armas de destrucción? El autor del
artículo lo finaliza así: “En suma, la voluntad de poder de la que hablaba
Nietzsche nos asegura que las guerras seguirán formando parte de nuestro
futuro.” Nietzsche tiene el dudoso honor de ser el autor de la frase “Dios ha
muerto”. Como filosofo analizó la cultura, la religión, fue autor de numerosos
pensamientos que afectaron profundamente a generaciones posteriores de filósofos,
psicólogos, teólogos y mucha buena de gente buscadora de razones y respuestas.
Aún hoy siguen sus ideas muchas personas, en parte porque llegó a conclusiones
interesantes como esa idea de “la voluntad de poder”. Muchos años antes de que Friedrich
Nietzsche naciera, Jesucristo explicó con detalle el problema que había en el
hombre y profetizó: “Oiréis de guerras y de rumores de guerras. Mirad que no os
turbéis, porque es necesario que esto acontezca; pero todavía no es el fin.
Porque se levantará nación contra nación y reino contra reino. Habrá hambre y
terremotos por todas partes. Pues todas estas cosas son principio de dolores…
Muchos falsos profetas se levantarán y engañarán a muchos; y por haberse multiplicado
la maldad se enfriará el amor de muchos. Pero el que persevere hasta el fin,
éste será salvo. Y este evangelio del reino será predicado en todo el mundo
para testimonio a todas las razas, y luego vendrá el fin.”
Es sólo un extracto de las palabras de advertencia del Hijo
de Dios respecto a algunas de las señales que ocurrirán antes de su segunda
venida al mundo. Y una de ellas es el aumento de los conflictos entre las
naciones, por tanto, deducimos, que en lugar de reducirse el número de guerras,
se incrementará, lo que demuestra que el hombre por sí solo, no tiene capacidad
de implantar la paz en el mundo por muy civilizado que quiera verse. El hombre
no podrá encontrar la paz fuera de Jesús.
Pero es curioso el aviso de Jesús a los suyos: “No os
alarméis, porque es necesario que esto acontezca”. En cualquier situación de
conflicto, el creyente debe estar confiado en Dios, porque pase lo que pase, su
destino está con Él, bajo su protección. Y todo esto es necesario que ocurra
porque así lo ha anunciado Dios, y en este caso, por boca de Su Hijo. Nietzsche
y sus seguidores ¿en quién se refugiarán? El hombre que no cree en Dios no
tiene esperanza ni seguridad porque si Dios nos advierte que todo esto será
principio de dolores y que, como podemos leer en el Apocalipsis, los juicios de
Dios irán en aumento a causa del pecado del hombre ¿qué esperar? ¿qué esperar
para arrepentirse, buscar el perdón del Santo y acogerse al amparo del sacrificio
de Cristo, hecho en la cruz por nuestros pecados para poder alcanzar la vida
eterna en Su Reino?
La Biblia nos anticipa estas cosas y la lectura de los
periódicos las ratifica día a día. No sabemos cuándo vendrá Jesús, pero lo
sabio y lo prudente es escuchar sus palabras y acogerse a su ofrecimiento antes
de que sea demasiado tarde: “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el
que desobedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre
él” (Juan 3:36).
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Hola! anímate a dejar tu comentario ¡Bendiciones!
Toda opinión es respetada pero comentarios que difamen el nombre de Dios serán ELIMINADOS.