Detecto miedo en los comentarios sobre el clima. Que si ahora un calor
sofocante “como nunca antes recuerdo”; que si ahora un frío intenso “que ni los
más viejos del lugar recuerdan”. Que si ahora no nieva como antes, e incluso,
que “si ahora no llueve tanto como antes llovía por estas fechas”.
Los medios tienen necesidad de cubrir sus espacios informativos y
buscan cosas nuevas, cosas que llamen la atención al lector o al televidente,
noticias sensacionalistas, aunque de tanto utilizarlas muy pronto pierden el
sensacionalismo que se les supone.
Detecto miedo a los cambios climatológicos o sobre el medio ambiente
porque está demostrado que no los podemos controlar. Cuando los que dirigen el
mundo se reúnen para tratar de llegar a algún tipo de acuerdo sobre la forma de
reducir la contaminación, creo que a lo que más llegan a ponerse de acuerdo es
sobre en qué restaurante van a comer porque de lo demás, de lo que suponga un
desembolso económico que suponga una mejoría para los habitantes del planeta
del año 2050, me parece que les trae un poco al pairo, y que no vamos a ver
tomar medidas drásticas al respecto hasta que las circunstancias afecten a su
salud o a la de sus hijos.
Pero la gente se siente afectada por esas noticias que tratan de
llamar la atención y que, en muchas ocasiones, pasan con un simple “bah, más de
lo mismo”, pero que en otras generan un rictus de inseguridad como
preguntándose “¿será verdad o será otra teoría de algún hombre de laboratorio
que está cansado de la luz pálida de los fluorescentes y está deseoso de ser
deslumbrado por los focos de un estudio de tv?”
A veces pasa que después de estar escuchando en los noticieros una
serie de alarmas sobre el medio ambiente, al final de la semana aparece un
científico restando importancia a las últimas noticias y soltando un par de
frases convincentes que demuestran que “del dicho al hecho hay un trecho” y que
no es necesario alarmarse por cambios imperceptibles apenas medibles. No sabes
a quien hacer caso.
¿Y qué dice el Creador de todo esto? ¿Tiene algo que decir o se
despreocupa de la Creación?
Pues hay cosas muy importantes y que además están relacionadas con
estos posibles cambios anunciados. Por ejemplo: “Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el
frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche.” (Gn.8:22).
Promesa: “no cesarán”, entonces, los que creemos en Dios podemos pensar que
aunque haya algunas mediciones que indiquen pequeñas variaciones, nunca serán
tan grandes como para tener miedo porque el Señor, el Creador que sustenta todo
lo creado, ha prometido que mientras haya tierra, habrá estaciones y cada
estación en su momento, frío, calor, verano, invierno, todo en su tiempo, Él lo
ha dicho y nunca lo vamos a coger en una mentira porque el Señor no es hombre
para que mienta: “El cielo y la tierra
pasarán, pero mis palabras no pasarán.” (Mt.24:35).
Además Dios es el que sustenta la Creación. Es verdad que los
encargados de cuidarla éramos nosotros pero se ha visto claramente que en lugar
de cuidar lo creado, lo hemos estropeado por culpa de la ambición y el orgullo
de parte de la humanidad, por eso me consuela ver que Dios mismo está detrás de
todo esto, aguantándolo con la palabra de su poder y podemos leer maravillas
como esta: “Tú afirmaste la tierra sobre
sus cimientos, y de allí nada los moverá”. “Tú llenas las fuentes con los arroyos que corren ligeros entre los
montes;”, “Haces crecer la hierba para los ganados, y las plantas que el hombre
cultiva para sacar de la tierra el pan que come y el vino que le alegra el corazón, el aceite
que da brillo a su rostro, y el pan que sustenta su vida.” (Salmo 104:5,
10, 14-15).
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