Para todos, creyentes y no creyentes, un nuevo año se presenta como una Agenda nueva, unas páginas blanco, 365 páginas en las que podemos hacer anotaciones de proyectos, planes, encuentros, citas importantes, citas médicas, compromisos ¿cómo enfocaremos esa agenda nueva? La Palabra de Dios, sus promesas, el tener la salvación por medio de Jesucristo nos hace enfocar la agenda nueva con certeza, seguridad, esperanza, con valor, la duda y la ansiedad no deberían de paralizarnos porque nuestro día a día, nuestro futuro, cada momento de nuestra vida como creyentes ya no es nuestro, es de Dios y por medio de lo que Él nos habla en la Biblia sabemos que nuestra vida tiene un propósito, que nuestro trabajo tiene un valor, además Dios nos asegura que frente a lo que venga nunca vamos a estar solos y no solo eso, sino que ante lo que vendrá Dios nos proporcionará los recursos necesarios para enfrentar lo que sea. El creyentes encuentra fortaleza en la confianza y en la fe en un Dios real, cercano, personal porque se relaciona con los que le han buscado como su salvador personal, se relaciona de una manera cercana y personal. Hay un texto que habla de esto de una manera gráfica muy expresiva: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él y cenaré con él, y él conmigo." (Apocalipsis 3:20). En el contexto de este texto Jesús está hablando a una Iglesia, la está corrigiendo en algunos problemas que tenía y hay un momento en el que dice: "Yo reprendo y disciplino a todos los que amo. Sé pues celoso y arrepiéntete." Y a continuación viene la promesa de una cena en la intimidad con un hijo arrepentido que necesita esa cercanía, ese consuelo, ese abrazo fraternal que solo Jesucristo puede dar: el abrazo del perdón.
Jesús no rechaza a los que vienen a Él arrepentidos. y cuando Jesús está de tu parte ves las cosas de otra forma, incluso la entrada en un nuevo año porque el tiempo pasará, saldremos de un año y entraremos en otro, podrán cambiar las circunstancias de lo que nos rodea pero la Palabra de Dios, Sus promesas, Sus profecías, son eternas, no cambian, y esa es la confianza que nos ayuda a entrar en una nueva etapa con seguridad y esperanza. No tendrás la ansiedad de pensar que vas a hacer frente a un nuevo peldaño en tu vida, solo. Si has creído a Dios puedes estar seguro que Él nunca te va a dejar solo, para Él ya estamos, por los méritos de Jesús, en los "lugares celestiales": "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien nos ha bendecido en Cristo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales." (Efesios 1:3). Ya no tienes que tener remordimientos de ningún tipo, tus pecados son perdonados por Su gracia, eres purificado por la sangre de Jesús, Dios dice que los olvida y los echa a lo más profundo del mar. Solo se trata de creerle. Ante un nuevo año tu lugar junto a Dios está seguro y como lo está, tu vida es bendecida con toda la clase de seguridad y certeza que te puedas imaginar. Si eres hijo de Dios vive hoy y cada día con la certeza, la esperanza y el valor que te da el saber que tu lugar junto a Dios está asegurado.
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