Leído hoy en el devocionario “Nuestro
Pan Diario” (Ministerios RBC) y que transcribo porque, lógicamente, me llamó la
atención su contenido en relación con el nombre de este Blog:
“Tener esperanza para…
Aunque trato de que lo que veo en
la actualidad no me perturbe, me tomó desprevenido el mensaje en la camiseta de
una mujer que pasó a mi lado en un centro comercial. Las letras resaltadas
declaraban: “Solo los imbéciles tienen esperanza”. Sin duda, ser iluso o
crédulo puede tornarse insensato y peligroso. La frustración y el
quebrantamiento pueden ser el resultado trágico de un optimismo infundado. Pero
carecer de esperanza es una
perspectiva triste y cínica de la vida.
La esperanza bíblica no tiene comparación; es una confianza plena en
Dios, y en su obra en el mundo y en nuestra vida. ¡Todos necesitamos algo así!
El escritor a los hebreos explicó claramente la importancia de la esperanza: “Mantengamos firme, sin fluctuar, la
profesión de nuestra esperanza, porque fiel es el que prometió” (Hebreos
10:23).
Tener la clase de esperanza de la
que habla la Biblia no es una insensatez, porque tiene un fundamento sólido.
Nos aferramos a la esperanza que recibimos en Cristo porque nuestro Dios es
fiel. Podemos confiarle todas y cada una de las cosas que enfrentemos, tanto en
el presente como para la eternidad. Nuestra esperanza está cimentada en el
carácter confiable de Dios, que nos ama con amor eterno. Así que, aquel mensaje
en la camiseta estaba equivocado. La esperanza no es para los imbéciles, ¡sino
para ti y para mí!” William E. Crowder
Sé que los mensajes en las
camisetas pueden ser creados con diferentes objetivos: provocar, buscar la
sonrisa, la complicidad, y, posiblemente, muchas veces se escriben sin
detenerse demasiado en examinar las consecuencias del mensaje, porque no se le
da demasiada importancia. Lo que sí pienso es que el portador del mensaje, en
la mayoría de los casos, o está de acuerdo con él, incluso orgulloso de
portarlo, o ni se ha fijado en absoluto y se ha puesto esa camiseta como se
podría haber puesto otra cualquiera.
Pero, ya que el articulista de
Nuestro Pan Diario se ha detenido en el texto de Hebreos, yo quisiera detenerme
un poco más en él, ya que se trata de una exhortación muy interesante,
llamándonos a la firmeza en la profesión de nuestra esperanza, nos
anima a permanecer firmes en nuestra fidelidad, sin fluctuar en nuestra fe y en
la conducta consecuente de ella, teniendo en cuenta que unida a nuestra fe está
la esperanza, estímulo y objetivo de nuestra vida como cristianos. El escritor
la llama “la esperanza bíblica” en el sentido de que la esperanza que menciona
Hebreos no es tan simple y terrenal como la que menciona el mensaje aludido,
sino que se trata de una esperanza que establece valores eternos y celestiales,
palabras mayores que chocan de frente con los objetivos terrenales. Los
cristianos verdaderos buscan las cosas de
arriba donde está Cristo sentado a la diestra de Dios (Col.3:1-3), por lo
que nuestra esperanza la vivimos como ciudadanos del cielo, esperanzados en las
cosas que han de venir, en la herencia que como todos los santos recibiremos de
manos de nuestro Señor, porque fiel es el
que prometió.
Y está muy bien que nuestra
esperanza apunte al futuro, a las cosas que Dios nos promete, pero no solamente
es así: la esperanza en la que debemos asentar toda firmeza está centrada en
nuestro bendito Salvador: “Cristo es en
nosotros esperanza de gloria” (Col.1:27), por lo que mantener firme la
confesión de la fe, es mantener sin reservas la fidelidad a Cristo mismo.
Como creyentes, sabemos que
nuestra esperanza está basada en la fidelidad misma de Dios, quien cumple lo
prometido siempre, de manera que Dios mismo es nuestra esperanza y la garantía
del cumplimiento de la misma. Este es el mensaje que tenemos que tener en cuenta
y el que debe prevalecer en nuestra vida diaria. Los demás mensajes que nos
puedan llamar la atención, tienen otra procedencia y, a lo mejor, afectan a
quién no tenga una base consistente en la que apoyarse, como lo que han creído
en Cristo tienen.
Nuestra esperanza esta basada en hacer la voluntad de Dios en la tierra para recibir el galardon. Es muy cierto lo de identificarse como ciudadanos del cielo, sobre todo cuando a diario enfrentamos adversidades como miembros presentes del mundo terrenal. Pero es en nuestro corazon donde nuestra esperanza debe cimentarse al tener a Cristo como Señor y Salvador propio. Agregaria a su importante reflexion una ayuda idonea a nuestra esperanza: la paciencia(heb. 10:36);(galatas 5:22). Es necesario q perfeccionemos nuestra paciencia a travez de nuestra comunion diaria y enriquecedora con nuestro Dios para q a traves del Espiritu Santo moldee en nosotros el caracter de Cristo y nos permita ser imitadores de El. Saludos y muchas bendiciones.
ResponderEliminarEstimado Gustavo, agradezco mucho tu visita a este blog y tu aportación.
ResponderEliminarUn saludo fraternal,
Juan Francisco