martes, 15 de septiembre de 2020

Oramos

“Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante". Esta carrera de la que nos habla la carta a los Hebreos, se comprende como una carrera de fondo, una maratón, una carrera de resistencia y la clave para resistir nos la dice el siguiente texto: “…fijando la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe” (Hebreos 12:2 NTV).

Estamos viviendo un tiempo en que necesitamos poner nuestra mirada más que nunca en Él para aprender y copiar su forma de actuar en los momentos difíciles. ¿Qué hacía Jesús cuando se avecinaba un problema? Orar a Su Padre, buscar el apoyo de Dios, su ánimo, su sostenimiento, la fuerza y la verdad a la que agarrarse en esos momentos en los que parece que todo se viene abajo.

La organización “Testimonio Cristiano a Cada Hogar” nos envía mensualmente una lista de peticiones de oración procedente de todos los países del mundo en donde trabajan difundiendo el Evangelio de Salvación de Nuestro Señor Jesucristo. Menciono esto porque en esa lista se ven casos y situaciones límite de testimonios que hacen vibrar nuestro corazón por el ejemplo de confianza y fe de nuestros hermanos, especialmente en países a los que ni siquiera se puede mencionar porque son lugares donde se persigue a los cristianos, se los encarcela y muchas veces se les mata. El sufrimiento y el dolor que pasan muchos hermanos en la fe en el mundo, parece que no es compatible con el tiempo de modernidad y cultura que parece acampar en el mundo, algo que es solo una quimera porque la realidad es bien opuesta y testaruda. A esa persecución, hay que añadir la pandemia de la Covid-19 que está generando situaciones de pobreza, necesidad y desesperación tal que nos lleva a caer sobre nuestras rodillas e implorar al Dios de los cielos que, si está en Su Voluntad, impida el avance del virus y ayude a gobernantes y dirigentes a tomar las mejores medidas de prevención y contención de la expansión de esta plaga.

Os transcribo algunos ejemplos que aparecen en la lista de oración “A toda criatura: los minutos que cambian el mundo”, de este mes: 

NIGERIA: Entre los voluntarios de TCCH hay temor al contagio por la Covid-19, especialmente en la región sudeste de Nigeria. Oremos por ellos, para que Dios les fortalezca y permita que su fe sea mayor que el temor. Oremos por nuestros hermanos en la fe. Pidamos a Dios que los proteja mientras llevan Su Palabra. Oremos por aquellos que la recibirán.

Desde BENIN llega esta hermosa oración de agradecimiento: “Damos gloria al Señor por la vida de la hermana Verónique que estuvo enferma durante años y, gracias al toque del Señor, se ha recuperado completamente y ahora está sana. Que el nombre del Señor sea exaltado.” Nos unimos a ellos y alabamos a Dios por ese milagro. Siendo Dios, se preocupa por Verónique y por nosotros cuando clamamos a Él.

Respecto a los países innombrables (por seguridad), nos dicen que hay muchas limitaciones, pero también grandes oportunidades para hablar de Jesús.

MÉXICO: Muchos de los pastores se han contagiado del covid-19. Sólo en el mes de Junio, más de 150 de ellos murieron. Entre los pastores hay personas mayores o con sobrepeso; algunos son diabéticos y otros además tienen enfermedades respiratorias. Todos estos factores los convierten en grupos de riesgo. Oremos por ellos, por sus familias y por las congregaciones.

VENEZUELA: Aunque algunas semanas las cuarentenas fueron totales, TCCH ha llevado el Evangelio junto con ayuda humanitaria a lugares donde hay mucha pobreza. Oremos por Tachira, estado que atraviesa la cordillera de los Andes y hace frontera con Colombia. BRASIL: Alessandro Aleixo, director de TCCH en Brasil nos comparte: “Miles han muerto por la covid-19. Muchas personas están en las calles porque literalmente lo han perdido todo. El equipo de TCCH ha salido a buscarlos y entregarles alimentos y literatura cristiana.” Oremos por ellos, pidiendo que Dios les guarde de contagios mientras llevan esperanza a los demás. Una cosa similar sucede en ARGENTINA: TCCH ha distribuido alimentos en comedores, kits de higiene personal en residencias de ancianos y en cárceles de mujeres, y elementos de protección en hospitales. Nos comparten estas palabras: “Estamos empeñados en ayudar a los que han sido afectados por esta crisis. Hemos entregado 11.000 raciones de comida y hemos llevado el evangelio casa por casa.”

El desafío que plantea esta pandemia es nuevo y nos obliga a esforzarnos en cómo hacerle frente y en como trabajar para seguir sembrando el Evangelio al mismo tiempo que ayudamos con material que cubra las necesidades más importantes a familias que han llegado al umbral de la pobreza. Lo que no es nuevo es lo que el Señor nos exhorta a hacer tanto en tiempos difíciles como en tiempos de alegría y celebración: “Orad sin cesar”. Sabemos que Dios todopoderoso tiene el control pero también sabemos que Él desea que Su pueblo se vuelque en la oración como la forma en la que tenemos para dirigirnos a Él buscando su misericordia y su gracia. Por eso oramos para que la Covid-19 deje de extenderse y, especialmente, deje de endurecerse en los países en peor situación económica y social. “Dios es nuestro refugio y nuestra fuerza; siempre está dispuesto a ayudar en tiempos de dificultad. Por lo tanto, no temeremos cuando vengan terremotos y las montañas se derrumben en el mar” (Salmo 46: 1-2). Amén.

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