He oído muchas veces la frase “Los caminos del Señor son inescrutables”, normalmente cuando hablamos sobre algo que nos ha sorprendido, casi siempre favorablemente, o cuando tratamos de decir que no entendemos algo que tiene dosis de misterio, algo que escapa a nuestro conocimiento y, por lo tanto, a nuestro intento de razonamiento.
Y el otro día, me encontré con esta frase en su contexto, y dice así: “¡Oh profundidad de las riquezas, de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán incomprensibles son sus juicios e inescrutables sus caminos!” (Romanos 11:33).
Lo primero que me vino a la mente fue la idea de ¡con qué ligereza utilizamos algunas frases bíblicas! Aunque al mismo tiempo, creo que es de uso muy normal el usar de dichos, refranes, proverbios para adornar nuestras conversaciones, sin saber muchas veces su procedencia, aun cuando que en ocasiones sea bíblica. Y la Biblia contiene la Palabra revelada por Dios y, puedo asegurar, que cuánto más la estudiamos, cuanto más escudriñamos en ella, cuanto más investigamos en su significado, más reconocemos su procedencia divina por la profundidad, belleza y riqueza de su contenido. El Libro revela a Dios.
Y ese texto que nos ocupa es un reconocimiento de este hecho. En este caso es Pablo quien, después de desarrollar en los capítulos precedentes temas tan apasionantes y proféticos sobre “el remanente de Israel”, “la inclusión de los gentiles en el proceso de salvación” o “la restauración anunciada en un futuro próximo para Israel”, extasiado, viendo como Dios derrama libremente su gracia sobre los hombres, prorrumpe en alabanzas al Dios de sabiduría, glorificándole y adorándole.
Esto es lo que quiero resaltar. Una frase que se dice alegremente en la calle, es pronunciada con reverente admiración por Pablo en el Nuevo Testamento, haciéndose eco de expresiones similares en los escritores del Antiguo: Job, Isaías…, personas que han descubierto algo muy importante: Dios es fuente y origen de la sabiduría y de conocimiento y, a su lado, nuestro conocimiento es tan insignificante que, cuando en tu corazón detectas eso, solo te queda extasiarte ante el Creador, adorarle reverentemente y cantar las glorias de su sabiduría insondable.
Al hombre en general, eso le cuesta muchísimo. ¿Dar reconocimiento a la Biblia? ¿Reconocerme insignificante ante un Dios en el que ni siquiera creo? No. La ciencia está en el camino, razona, y, con el tiempo, alcanzará cotas de sabiduría mucho más increíbles de lo que hasta aquí se ha alcanzado. No necesitamos a Dios para esto.
Mientras el hombre no se humille ante el Dios todopoderoso y no se arrepienta, al menos, de su orgullo (¿soberbia?), no sentirá esa abismal diferencia. Solo cuando reconocemos que Dios es Dios y nosotros obra de Su creación, es cuando podemos identificarnos con las palabras de las personas que llegaron a esa conclusión mucho antes que nosotros: “Quién entendió la mente del Señor? ¿O quién llegó a ser su consejero? ¿O quién le ha dado a Él primero para que sea recompensado por Él? Porque de Él y por medio de Él son todas las cosas. A Él sea la gloria por los siglos. Amén.”
Me anima ver personas que pueden escribir sobre éstos temas, hace poco estaba atravesando una situación que no entendía por nada por más vuelta que le daba, hasta que en mi dolor clamé a Dios y me mostró poco a poco que a pesar de todo ÉL está conmingo. No se ha solucionado aún ninguno de los problemas que tengo, pero Dios me dió esperanzas. -No te entiendo Señor, pero te creo!-, esta es la frase que Dios me mostró que queria oir de mi, todos los días mis oraciones son dirigidas al altísimo en nombre de su hijo Jesús. Y hoy sé que los designios del Señor son inescrutables, si bien El abrirá puertas que nadie puede cerrar y me mostrará a dónde ir porque hoy entregué mi vida y todo lo que soy y también estoy dispuesta a ser su voluntad y servirle.
ResponderEliminarMe anima ver que te anima lo escrito.
EliminarMuchas gracias por tu comentario que comparto en todo.
¡Que el Señor te bendiga en tu peregrinaje!
Un saludo,
Juan Francisco
En el hambre q tengo de conocer mas de DIOS y sobre todo q me encanta ofrecerle sacrificios de alabanza producto de mi comunión con DIOS, para escribir las alabanzas me encantó profundizar en estos consejos maravillosos, se q soy pequeña , pero me gusta indagar, escudriñar y meditar.
ResponderEliminarGracias mil, por ser me de ayuda. El Señor mi DIOS y nuestro Padre celestial los Bendiga.
Atte. Sonia Gilde Gonzáles Gonzáles DNI Bs. As. Argentina.
Muchas gracias Sonia por tus palabras. Me alegro de que este humilde aportación te sea de bendición. ¡Que el Señor te bendiga y guíe en tu vida!
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