Soy un admirador de la obra de D. Ernesto Trenchard y hoy, leyendo el
prólogo del librito “Escenas de la vida
misionera en España” editado por CEFB, prólogo escrito por D. Samuel
Escobar, descubrí algo de la vida de D. Ernesto que desconocía: En Agosto de
1944 y como consecuencia de una caída sufrida en Noviembre de 1942, sufrió la
amputación de la pierna izquierda lo que le llevó al borde de la muerte.
Esta noticia me impactó porque
hace muy pocos días que he leído el libro de Nick Vujicic “Una vida sin
límites” y, para quién no lo conozca, diré que Nick es un joven que nació
sin brazos ni piernas pero con un coraje, una fe y unas ganas de vivir que le
han hecho ser conocido a nivel mundial por su ejemplo inspirador para vivir una
vida completamente feliz superando todos los obstáculos inimaginables. Son famosos los vídeos “colgados” en
Youtube en los que se ve a Nick en patinete, o haciendo surf, nadando en la
piscina o en el mar, haciendo música, peinándose o afeitándose con todo tipo de
artilugios e ingenios y, como para poner el broche de oro, ante grupos
numerosos de gente de todos los tipos, grupos de jóvenes, empresarios, congregaciones,
etc., y todo eso en cualquier parte del mundo.
¡Nick carece de brazos y piernas!
Solamente dispone de un pequeño “apéndice”, como si de un pie extraño se
tratase, que le asoma en lo que sería su pierna izquierda, y otro más pequeño
todavía en su pierna derecha, y, a pesar de lo que él llama sus “carencias”, se
dedica a recorrer el mundo como conferenciante motivacional, o sea, motivando a
quien lo necesite con el ejemplo de su vida rica en experiencias y en
vivencias, y, especialmente, llena de una fe real en Jesucristo como su Señor y
Salvador. Sus palabras hablan por sí solas de lo que Nick proclama y cree:
“Como un hijo de Dios, eres hermoso y bello, eres más valioso que todos los
diamantes de la tierra. ¡Tú y yo fuimos diseñados con perfección para ser
quienes somos!”
La imagen y la vida de Nick ha
sido puesta en mi camino para que, si en algún momento se me ocurre pensar que
tengo motivos para quejarme, piense en Nick, piense en sus palabras, piense en
su lucha superando obstáculos que ni
en mis peores pesadillas podría imaginar que me iba a enfrentar con ellos y
piense en su sonrisa, su humor, sus ojos llenos de luz, su expresión victoriosa,
sus oraciones de agradecimiento y su ministerio de servicio a Dios.
Por eso que al leer sobre D.
Ernesto me quedé sorprendido. Estaba conociendo la difícil vida de estos
misioneros ingleses que superando todos los obstáculos de la época,
comunicaciones, guerra, dictadura, persecución, falta de recursos, trabajaron
arduamente y difundieron el Evangelio en nuestro País de lo que dan fe las
muchas iglesias fundadas por ellos y que siguen siendo testimonio de la Obra de
Dios por medio de sus heroicos siervos, cuando recibo el impacto de esta parte
de su biografía: “Las nuevas limitaciones, los dolores continuos y el
aprendizaje del uso de una silla de ruedas fueron un tiempo de prueba,
sufrimiento y vacilaciones. Un momento decisivo de cambio vino cuando escuchó
al famoso médico predicador Martyn Lloyd Jones sobre el texto “Dios escogió lo
que no es para deshacer lo que es…” (1 Corintios 1:27-28) Entendió así que la
falta de una pierna no debería ser obstáculo
para continuar ese ministerio en España para el cual sentía una vocación
profunda.”
¿Por qué los héroes de la fe, los
valientes del ejército de Cristo, en lugar de encontrarse con un camino ancho y
llano que les facilite la expansión del Evangelio por medio de su vida, de su
testimonio, de sus enseñanzas, se encuentran con grandes barreras que la
mayoría de los “cristianos de a pie” no seríamos capaces de superar? La
respuesta de Dios es contundente: “Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona
en la debilidad”. El apóstol Pablo arrastraba lo que él llama “un
aguijón en la carne”, como un obstáculo que él afirmaba, le había sido puesto “para
que no se enalteciera sobremanera…”. Fuese lo que fuese ese “aguijón”, algo que
no se sabe a ciencia cierta ya que hay diferentes hipótesis que aseguran que
podría tratarse de una enfermedad en la vista que ofrecía a los que lo veían un
aspecto repulsivo, o una especie de ataques epilépticos, otros dicen que sufría
de fuertes dolores de cabeza y oídos…, ninguna de estas teorías es concluyente,
el caso es que Pablo lo considera un obstáculo
para su ministerio y le pide a Dios por tres veces (“tres veces” es la
expresión típica de los hebreos para referirse a algo en forma superlativa,
para que se lo quitase, pero Dios no le retira el problema para que Pablo
descanse enteramente en la gracia de Dios.
No quiere esto decir que el caso
de Pablo sea el de Nick o el de D. Ernesto Trenchard, pero sí parece darnos a
entender que Dios desea para el creyente una atención especial y específica a
Su Gracia porque eso conduce a darle solo a Él toda la gloria.
Creo que la Palabra de Dios explica
estas vidas y estas circunstancias y también nos pone a cada uno en su sitio.
Pablo llega a entenderlo perfectamente cuando concluye: “Por tanto, de buena
gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que habite en mí el poder de
Cristo.” En los comentarios de la traducción de la Biblia Reina-Valera
Actualizada, se lee sobre esto: “Aquí está registrado uno de los más grandes
conceptos espirituales de toda la Escritura: La fortaleza de Dios se
perfecciona (se completa, adquiere madurez) en nuestra debilidad. El versículo
10 de este capítulo 12 de la 2 de Corintios, expresa el mismo concepto en forma
resumida: “Porque cuando soy débil, entonces soy [por el poder de Cristo]
fuerte.”
Siempre le he oído decir a mi
pastor que se encuentran con las barreras y los obstáculos más grandes aquellos
que más trabajan para Dios, aquellos para los que su prioridad es difundir el
mensaje del Evangelio, como si el Príncipe de este mundo se esforzarse en
frenar, especialmente, a los que son sus enemigos más contumaces. En el ejemplo
de Pablo que tenemos en la Biblia, Pablo le llama a ese aguijón mencionado “un
mensajero de Satanás que me abofetee para que no me enaltezca”. Como se lee en
la impresionante vida de Job, Dios da permiso a Satanás para probar al
creyente, y de manera más contundente, al creyente más fiel, firme y valiente.
Creo que esto es así en la línea de lo que dice en 1 Corintios 10:13.- “Fiel es
Dios, quien no os dejará ser tentados más de lo que podéis soportar, sino que
juntamente con la tentación dará la salida, para que la podáis resistir.”
“Echa tu carga sobre Jehová y él
te sostendrá. Jamás dejará caído al justo.” (Salmo 55:22) Dios es fiel y además
nos conoce personalmente para llevarnos a la parte de la misión dentro de Su
Obra para la que nos tiene designados. Seamos como seamos, vamos a tener
siempre su apoyo y es evidente que hay hermanos mucho más fuertes
espiritualmente unos que otros, o sea, que pienso que son esos más fuertes los
que tienen más aguante, más posibilidad de resistir pruebas más grandes fruto
de las cuales florece un testimonio más impactante en el cual se le da la
gloria al único digno de recibirla, esto es a nuestro Señor, y no a quién
podría enaltecerse por su resistencia, valor, coraje, etc., valores que sí
tienen estos hermanos pero que emplean para servir con una dignidad y una fe
encomiables, de manera que sus vidas son un prueba palpable de la obra de Dios
en las personas, de su poder de transformación, de su existencia, de su
impresionante realidad.
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